"So hᥱrᥱ's thᥱ trᥙth from mყ rᥱd ᥣιρs, I ᥕᥲᥒᥒᥲ bᥱ ყoᥙr ᥱᥒdgᥲmᥱ."
Nunca le había llamado la atención aquel deporte. No hasta que una cabecita rosa y unos anaranjados labios se clavaron en sus ojos desde el primer momento. Sus fuertes movimientos tení...
Las clases pasaban lentamente, cada vez que miraba el reloj apenas habían pasado 5 minutos. No es que estuviera nerviosa por ir con ese tal NiKi a comer, bueno, quizá un poco... Pero cada vez que pensaba que justo después del entrenamiento me iría con Sunoo hacía que me mordisqueara el labio con emoción ¡Iba a conseguir hacerme más cercana a él! JungWon me miraba de vez en cuando y pestañeaba un par de veces confuso. Pensó que tal vez no estaba enterándome de la clase, por lo que se acercó a mí para susurrarme sin que tuviera que alzar el susurro un poco más y fuera ruidoso.
—No te preocupes si no entiendes, yo te lo explicaré después. —Muchas gracias, Wonnie.
Ambos nos sonreímos, ni siquiera estaba distraída, sin embargo, me pareció un gesto muy tierno por parte de JungWon que no pude rechazar. El orgullo de JungWon se hinchó cuando creyó que de verdad tenía que explicarle algo a su inteligente amiga, era tierno. Cuando finalmente había llegado a hora de almorzar, JungWon y yo recogimos y salimos rápido de clase, definitivamente no sería yo quien me quedara allí. Una llamada interrumpió la breve charla que manteníamos de camino a la salida y le pedí disculpas mientras descolgaba esta.
—¿_____? Estoy en la puerta de la universidad esperándote, avísame cuando salgas. —Sí, sí, ya estoy de camino, llego en unos minutos, NiKi.
Colgué el teléfono y miré a JungWon con una sonrisita, le señalé la salida con la cabeza y él asintió, volviendo a caminar junto a mí. Entonces, a lo lejos, vi a NiKi, que me saludó ondeando su mano, y JungWon clavó de nuevo su mirada en mí.
—¿Lo conoces?—Preguntó con curiosidad. —Bueno, me ha dado un balonazo y poco más... —Hmmm, entiendo... —Voy a ir a comer con él antes de ir al entrenamiento. —¿En serio? Ah... Bueno.—Torció levemente su boca.
El tono de JungWon cambió sospechosamente y yo me sentí algo mal por su fría contestación, quizá quería que ambos nos volviéramos juntos a casa. JungWon se despidió de mí con su mano y siguió adelante, yo le devolví el gesto y paré justo frente a NiKi, dedicándole una pequeña sonrisa.
—¿Lista? —Asentí un par de veces.—Pues vámonos.
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Habíamos decidido ir a almorzar pizza, ninguno de los dos tenía ganas de comer lo que ofrecían en la cafetería de la universidad. Él parecía conocer muy bien el camino hacia una que estaba cerca de la universidad y abrió la puerta para dejarme pasar por delante, un gesto que me recordó a Sunoo y lo que pasó por la mañana. Pedimos una pizza para compartir y así no sentirnos pesados en el entrenamiento que teníamos después. Observaba el alrededor del restaurante con curiosidad hasta que encontré la mirada de NiKi sobre mí, mirándome con una sonrisa tierna.
—¿Te gusta el sitio? —Pues... Es acogedor, sí. —¡Cuéntame sobre ti! ¿Qué estás estudiando actualmente? —Ladeó su cabeza, prestándome toda su atención. —Oh, pues... Estudio idiomas. —¿Idiomas? ¡Vaya! Apenas soy capaz de hablar dos... —Pues ya hablamos los mismos.
NiKi rió ante mi ocurrencia y su risa se me contagió rápidamente. Entonces fui yo la que se interesó por lo que estudiaba él y con curiosidad jugueteé con el borde de la servilleta animándome a preguntarle.
—¿Y tú? ¿Qué estudias? —Estudio Danza pero... Pretendo dedicarme al fútbol profesional. —¿Al fútbol? ¿Por eso practicabas? —¡Así es! Me gustaría jugar en la Liga japonesa... Ya sabes, Vissel Kobe, Kawasaki Frontale... —¡En la japonesa! ¡Vaya, eso sí que es sorprendente! —Sonreí asintiendo a pesar de no saber de qué hablaba, ya que no quería borrar la ilusión de su rostro.— Yo estoy en el club de voleibol. —Lo sé. —Asintió dándole un sorbo a su bebida.— Sunoo ya me lo había contado.
Abrí mis ojos notablemente al escuchar aquella respuesta y justo al darse cuenta de lo que había dicho, tuvo la misma reacción que yo. Sus orejas se pusieron levemente rojas y carraspeó apartando la mirada. Sabía que acababa de decir algo que no le correspondía y no sabía cómo arreglarlo. Justamente la pizza estaba por llegar a la mesa y pudo escapar de aquella conversación que yo misma quería comenzar.
—¡Anda, mira! ¡Por ahí viene la pizza!
No iba a olvidar ese comentario tan fácilmente y por supuesto que iba a volver a preguntarle. Quizá el mejor momento sería de vuelta a la universidad, antes de entrenar... ¿Cómo es que Sunoo ya se lo había dicho? ¿Acaso Sunoo le hablaba de mí? ¿Por qué lo hacía? Sería por lo que pasó en la fiesta... Sunoo, tú y yo seríamos una gran conversación.
