Tras comer la pizza, NiKi me invitó a comer un helado. Para gran sorpresa de ambos, pedimos lo mismo: menta y chocolate. No entendía el motivo de su gran sonrisa instalada de forma fija en sus labios hasta que más adelante descubriría que es el favorito de Sunoo también. Comenzamos la vuelta a la universidad dando un lento paseo, disfrutando del buen tiempo que hacía ese día y de la compañía del otro.
—Oye, NiKi...
Pude notar cómo se tensó al escucharme pausar tras su nombre y mordió el helado para evitar que se derritiera sobre su mano. Así hizo más tiempo antes de contestarme y carraspeó un par de veces recolocando su voz.—¿Sí, _____?
—¿Qué querías decir con que Sunoo ya te había contado que estaba en el club?
—Ammm... Bueno, yo... ¡Oye, se te derrite el helado!Rápidamente, pasé mi lengua por donde parecía gotear, sintiendo sobre esta cómo la parte más superficial del helado se me estaba derritiendo. Paseé mi lengua por la bola de helado entera antes de volver a mirar a NiKi, esperando su respuesta; sin embargo, lo encontré ensimismado, mirándome fijamente mientras precisamente SU helado comenzaba a derretirse.
—¡NiKi! ¡El tuyo!
—¿Eh? ¡Ah! ¡Joder!Empecé a reír a carcajadas, burlándome del chico mientras él volvía a enrojecer por su tonto despiste mientras me observaba. Él sacudía su mano para dejar caer las gotas de helado que chorreaban y lamía con urgencia el borde del cono, que parecía rebosar de helado. Negué con la cabeza varias veces y continué evitando que se derritiera el mío.
—Entonces, ¿me vas a explicar?
—Ahora mismo... No puedo, ya sabes, tengo la boca ocupada.Rodé los ojos sonriendo, sabía de sobra que estaba poniendo excusas todo el tiempo con tal de no contarme qué es lo que pasaba por la cabeza de Sunoo. Le di un suave golpe en el brazo para llamar su atención y alcé una de mis cejas.
—No te vas a librar, así que come, come, tenemos un entrenamiento al que llegar a tiempo.
Al llegar a la universidad tras el paseo, decidió acompañarme hasta mi pabellón. Paramos justo frente a las puertas, que se encontraban ya abiertas para recibir poco a poco al equipo y se apoyó en el marco junto a estas.
—Supongo que...
—Cuéntamelo.
—Qué obstinada... —Suspiró y carraspeó.— Sunoo me contó lo que pasó en la fiesta de bienvenida, eso de que echó la pota y esas cosas.
—¿Recuerda lo que me dijo?
—¿Eh? Hmmm, no sé de qué me hablas.Me crucé de brazos, mirándole fijamente, sabía de lo que hablaba. Unos ruidos nos distrajeron de la conversación, ahí salía el equipo masculino, hoy les tocaba calentar antes, al parecer. Busqué a Sunoo con la mirada sin éxito, ¿iba a retrasarse de nuevo? Torcí mi boca y volví a mirar a NiKi.
—Dime que él es consciente de lo que dijo ese día.
—No creo que...Unas fuertes carcajadas volvieron a interrumpirnos. Apreté mi mandíbula y miré hacia los ruidosos simios que se encontraban todos apelotonados a un lado, sosteniéndose unos con otros entre risas. Mi mirada viajó rápidamente de ese grupito a un cabizbajo Sunoo frente a ellos, siendo señalado y burlado, obviamente. Creí que había llegado tarde pero sólo estaba terminando de prepararse. Mordisqueé mi labio al mirarle, pensé que era como aquellas burlas del pan de cada día y esperaba de corazón que él pudiera defenderse en ese momento... Pero no lo hizo. Volví a dirigirle una última mirada a NiKi y lo agarré por el cuello de la camiseta para zarandearlo.
—NiKi, por última vez, ¿él recuerd-?
—Sí, lo hace. Recuerda eso que dijo de tus ojos, él lo recuerda.Pestañeé un par de veces sin poder creer que de verdad me acabara de decir eso y sin poder evitarlo, una pequeña sonrisita apareció en mis labios por mucho que tratara de disimularla. NiKi se contagió fácilmente de esa sonrisa llena de timidez que acababa de salir a la luz y suspiró negando con la cabeza con cierta ¿ternura?, en su mirada.
—No tenéis remedio alguno... Creo que voy entendiendo cuál es mi tipo.
Palidecí al escuchar sus palabras, no por rechazo o miedo o algo así, para nada... ¡Me había pillado completamente desprevenida! Nos acabamos de conocer y él simplemente... ¡Oh! Todo cobraba sentido. Sunoo y él debían ser amigos muy cercanos... Si Sunoo es su tipo y ve las similitudes que tenemos... Oh Dios, este chico siente algo por Sunoo... ¡Este chico me ve como Sunoo en chica! Con cierto nerviosismo me separé de la cercanía que teníamos y solté una risita.
—Ammm... ¡Bueno! Voy a ir a cambiarme y esas cosas, ya sabes... ¡Gracias por el helado! ¡Adiós!
Acomodé la bolsa que llevaba en el hombro y caminé rápidamente hacia los vestuarios. ¿Qué acababa de pasar? ¿Por qué me sentía así de alterada? Me senté en uno de los muchos bancos que había en el vestuario y tomé una profunda respiración.
—Ya está, conseguido. Ahora sólo falta salir con Sunoo después del entrenamiento.
Pellizqué mi labio con mis dedos y tironeé de este hacia un lado, sintiendo las típicas mariposas de los nervios en mi estómago, y sonreí para mis adentros. Conque sí recuerdas que me dijiste, es como si tus ojos fueran licor, es como si tu cuerpo fuera oro.
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End Game.-Kim Sunoo y tú.
Fanfiction"So hᥱrᥱ's thᥱ trᥙth from mყ rᥱd ᥣιρs, I ᥕᥲᥒᥒᥲ bᥱ ყoᥙr ᥱᥒdgᥲmᥱ." Nunca le había llamado la atención aquel deporte. No hasta que una cabecita rosa y unos anaranjados labios se clavaron en sus ojos desde el primer momento. Sus fuertes movimientos tení...