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Para cuando los chicos siguieron con su entrenamiento, nosotras estábamos calentando para ocupar la cancha de al lado. Mis ojos seguían clavados en Sunoo desde el golpe que se había dado. Estaba preocupada de que pudiera encontrarse mal o marearse. Seguía sus movimientos, fuera donde fuera y a decir verdad... Su actitud cambiaba completamente cuando jugaba al vóley. Se le veía más serio, mucho menos afeminado; realmente tenía un atractivo masculino que sólo había salido a flote mientras jugaba. Me quedé estática mirándole; era como un imán. Mis ojos estaban pegados en él.

Me relamí los labios completamente dispersa, sin ni siquiera haberme dado cuenta de que las demás del equipo iban ya a por los balones para comenzar a entrenar. Un suave golpe de balón rebota en mi cabeza, ganándose mi atención rápidamente. Mis mejillas se sonrojaron al ver como Giselle me miraba con una sonrisa traviesa en su rostro y dirigía su mirada a Sunoo.

Ya veo, ya veo... ¿En qué estás pensando? ¿En Sunoo? ¿Y el chico que estaba en la puerta?
—¡Anda, anda! No estoy pensando en nada, sólo... Estoy preocupada por Sunoo, por si se marea o se encuentra mal... Ya sabes.
—Ya... ¿Y la otra pregunta?
—¿Qué pregunta?

Di un par de pasos hacia atrás, mirando alrededor en busca de la pelota que me había tirado. Sin embargo, ella la tenía ya en la mano. Su risa hizo eco en todo el pabellón y mi rostro sólo pudo encenderse más y más al sentir la mirada de los demás sobre mí.

—¡No es nada! No fue nada, sólo somos amigos.
—Ajá, ¿eres amiga del ex de Sunoo?
—¿Qué QUÉ?

Entonces fue mi voz la que llamó la atención de todos los presentes, incluido Sunoo y Dosie, que comenzó a aplaudir para llamar nuestra atención, quería que nos centráramos en el entrenamiento. Giselle me pasó la pelota, comenzando así un entrenamiento de lo más entretenido.

¿No lo sabías?
—No, para nada. Ahora entiendo lo que dijo...—
recordé sus palabras "Creo que voy entendiendo cuál es mi tipo."
—¿Qué dijo?— preparó la pelota para colocarla.
¿Eh? Ah, no, nada, fue un comentario así confuso...—me preparé para golpear la pelota con mis antebrazos.
—Hmmm ya... —me lanzó la pelota perfecta para golpearla.—Pues Sunoo no te quitaba ojo de encima...
—¿Cómo?
—golpeé la pelota algo desviada por aquella impresión.—¡Perdón, se me ha ido!

Fui detrás de la pelota a trote lento, encontrándola a los pies del alto chico del equipo contrario. Se agachó para cogerla y dármela con una de sus adorables sonrisas de roedor, y yo le agradecí sonriendo de la misma forma e inclinando mi cabeza. Volví con Giselle, tomando la pelota con la yema de mis dedos lista para colocársela yo entonces. Mi mente estaba en otro lugar por completo... ¿Seguro que los ojos de Sunoo estaban en mí y no en NiKi? ¿Y si NiKi sólo quería una excusa para volver a ser cercano a Sunoo? ¿Y si Sunoo sólo quería salir conmigo para enterarse de lo que he hecho con NiKi? Más que nunca quería que el entrenamiento acabara.

 ¿Seguro que los ojos de Sunoo estaban en mí y no en NiKi? ¿Y si NiKi sólo quería una excusa para volver a ser cercano a Sunoo? ¿Y si Sunoo sólo quería salir conmigo para enterarse de lo que he hecho con NiKi? Más que nunca quería que el entrenami...

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Tras el estiramiento, las chicas y yo nos dirigimos al vestuario. Todas ocuparon todos los espejos, retocando su pelo, su maquillaje y recogiendo las toallas y el equipamiento que habían usado; yo, al contrario que ellas, saqué la ropa que había usado anteriormente y tomé la toalla para dirigirme a la ducha. Aquello llamó la atención de Giselle, puesto que normalmente salíamos del entrenamiento con el uniforme puesto aún, desesperadas por ir a casa.

¿No te vas a casa?
—Voy a tomar una ducha; voy a salir con alguien ahora.
—¡Vaya! ¿En serio? ¿Con quién?
—Comenzó a codearme.
—¡Qué cotilla eres!

Ambas reímos ante el comentario y acto seguido se despidió de mí ondeando su mano, dirigiéndose junto con un par de chicas más del equipo hacia la salida. Apenas tuve que esperar unos segundos para que el vestuario se quedara completamente vacío y entonces entré en una de las duchas, relajándome bajo los chorros de agua con una pequeña sonrisita. De un momento a otro escuché unos pasos acercándose hacia la zona de las duchas, cosa que me pareció completamente sospechosa, ya que todas las chicas habían salido del vestuario hacía unos 10 minutos y nadie se había olvidado nada en la zona de las duchas; las taquillas estaban junto a los lavabos.

¿Hay alguien aquí? —habló una voz relativamente profunda.
¿Sunoo?—Pregunté aún dentro de la cabina.
¡Ay, Dios, discúlpame! No sabía que quedaba gente aún aquí. No quería hacerte esperar mucho...
—¡No, no! No te preocupes, Su.
—Corté la corriente de agua lista para salir.— Yo voy a salir ya de la ducha, puedes usar la de al lado mientras tanto. Así cuando salgas para vestirte yo estaré fuera esperándote.

No le pareció tan mala idea, ya que al momento escuché la puerta de la ducha cerrarse y la corriente de agua abrirse. Yo salí de mi cubículo y me dirigí reliada en la toalla hacia donde había puesto la ropa. Lo suficientemente apartada de la visibilidad que pudiera haber en la ducha, comencé a vestirme lo más rápido posible. Aquello era una situación incómoda cuanto menos. Sin embargo, sabía que Sunoo era incapaz de entrar en el baño que le correspondía y eso me hizo dar mi brazo a torcer.

Miré la hora pensando que aún tenía algo de tiempo para arreglarme y me paré frente al espejo, rebuscando el poco maquillaje que solía llevar encima en la mochila. Cuando estaba por llevar el primer rastro de sombra de ojos a mi párpado, la puerta de su ducha se abrió y de detrás salió una silueta que se reflejó en el espejo. ¿En qué momento tuvo tiempo de bañarse tan rápido? Era una pregunta bastante obvia a decir verdad... 

End Game.-Kim Sunoo y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora