La mañana ya se iluminaba en Kyoto. El sol entraba entre las cortinas del balcón, despertándome casi de inmediato con la agradable sensación de un nuevo día. En la cama estaba yo sola, Sunoo estaba preparando las cosas que necesitaba para el entrenamiento. Tenía su uniforme puesto y el pelo notablemente húmedo, por lo que supuse que se había duchado. Cuando me removí en la cama él se giró a mirarme, descubriendo así que ya estaba despierta. Me saludó con una dulce sonrisa y se sentó en la cama junto a mí.
—¿Te he despertado? Lo siento, preciosa.
—No, no, me ha despertado la luz.—estiré mis brazos para desperezarme.— ¿Qué hora es?
—Son las 8 y algo, no sé exactamente. Puedes dormir un poco más, hasta las 10 no tenemos que salir de aquí.Negué varias veces y me incorporé para darle un suave beso en la mejilla. Tras eso me levanté y lo primero que hice fue lavarme la cara... Definitivamente, ojalá tener la frescura de Sunoo al despertar. Si me preguntan, yo me veía como un Gremlin verde. Salí del baño algo más decente y tomé un zumo de los que había en la nevera para desayunar. Sunoo siempre me reñía si no comía nada, pero esta vez... ¡Ni siquiera había nada para comer! Ni siquiera habíamos tenido tiempo de comprar algo con el ajetreo de los viajes. Esta vez no podía reñirme por eso.
—Deja de morbosearme los muslos.—dijo sacándome de mi trance.
—¿Hm?—pregunté algo dispersa.
—Tienes los ojos clavados en mis muslos.—alzó una de sus cejas con diversión.Cómo no hacerlo... Negué rápidamente tratando de hacerme la digna y tras terminar el zumo corrí a mi maleta, cogiendo la ropa que usaría ese día para quitarme el pijama. La risa de Sunoo resonaba en el pequeño lugar y por supuesto llenaba mi corazón de alegría. La ropa no era nada del otro mundo; la comodidad siempre prevalecía más que el estilo, pero la combinación perfecta era ideal, y eso es precisamente lo que escogí.
Cuando llegó la hora de bajar a reencontrarnos con todo el equipo, KeonHee fue el primero en acercarse a saludar con efusividad. Parecía que él sabía sobre ese plan de traerme a Japón antes de que el equipo llegara, puesto que fue el único que nos trató con naturalidad. Los demás miembros del equipo nos miraban confusos e incluso con burla. ¿Qué esperar de esos simios? KeonHee mantenía una secreta charla con Sunoo que fue interrumpida cuando fijé mi vista en ellos, haciendo que KeonHee se volviera a acercar a mí.
—¡Oye, _____! He venido con mi hermana, ¿te importa si te la presento?
—¡No, claro que no! Adelante.KeonHee se acercó hasta una chica y tironeó de su brazo, ganándose varios golpes por parte de la menor. Lee se quejaba haciendo berrinches y a base de empujones ambos quedaron frente a mí. La chica paró en cuanto llegó a estar frente por frente conmigo y sonrió de una forma tan similar a la de KeonHee que incluso la genética llegó a asustarme.
—Ella es HyeonHee, HyeonHee, ella es _______.
—¡Encantada!—tomó mi mano para sacudirlas en un saludo.
—¡Igualmente!KeonHee no tardó apenas segundos en robarse de nuevo a Sunoo y alejarse de nosotras, y yo me quedé con la hermana de KeonHee, haciendo las suficientes migas para que el tiempo que estuviéramos allí juntas no fuera incómodo. Llegamos a sentarnos juntas en el autobús que nos llevaría al polideportivo donde entrenarían, y definitivamente me di cuenta de que era una copia exacta de KeonHee tanto en gestos, como en humor, como en expresiones... No hacía falta un test de ADN para certificarlo.
Era una chica algo rara, pero definitivamente sería divertidísimo convivir con ella esos días.
Al bajarnos del autobús, Sunoo se acercó a mi para despedirse, puesto que él ahora entraría en la pista y yo me quedaría con HyeonHee en las gradas esperando a que terminaran y dándoles algo de apoyo con aplausos cuando la situación lo permitiera. Ambas nos sentamos lo suficientemente lejos para tener vista completa de la cancha y evitar pelotazos innecesarios y entonces hizo la pregunta estrella.
—¿Eres familia de Sunoo? No os pareceis nada.
—Pues... Porque no soy su familia... Soy su novia.
—¿QUÉ?—gritó escandalosamente, ganándose unas cuantas miradas.
—¡Shh, baja el volumen!—reí por su repentina y exagerada reacción.
—¡Te juro que pensaba que era gay! Es tan delicado...
—¡Lo sé! Le he dado la vuelta a la tortilla, pero shh.—llevé mi índice hasta mis labios, indicándole que era un secreto por el momento.Ambas dejamos escapar una risita cómplice y volvimos a centrar la vista en el entrenamiento que estaban teniendo los del equipo masculino frente a nosotros. Aún me costaba creer que Sunoo era líbero y que destacaba notablemente por encima de todos, incluso por encima de KeonHee a pesar de sus 1,81 de altura. Definitivamente Sunoo tenía un aura increíble que nadie quería ver por estar cegados con estereotipos.
Gran reputación, gran reputación.
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End Game.-Kim Sunoo y tú.
Fanfic"So hᥱrᥱ's thᥱ trᥙth from mყ rᥱd ᥣιρs, I ᥕᥲᥒᥒᥲ bᥱ ყoᥙr ᥱᥒdgᥲmᥱ." Nunca le había llamado la atención aquel deporte. No hasta que una cabecita rosa y unos anaranjados labios se clavaron en sus ojos desde el primer momento. Sus fuertes movimientos tení...