Penúltimo Capítulo.
[Octubre de 1992]
Se dice que lo que es para uno, siempre llega. A veces tarde, a veces antes y algunas otras veces, en otra vida.
Eddie le había vendado los ojos a Charlie, asegurando que la llevaría a un lugar muy especial. Encendió la máquina y comenzaron un viaje, sin que ella supiera a dónde.
— ¿Qué hacemos aquí? —abrió los ojos, tras quitarse la venda y se encontró frente a la puerta trasera de su casa de Underford.
—Bienvenida, de nuevo, a 1992 —susurró Eddie.
—¡¿1992?! —exclamó— ¿Qué hacemos aquí? No estaba en los planes hacer una parada aquí.
—En nuestros planes ni siquiera estaban los viajes en el tiempo y mira dónde terminamos —sonrió—. No hay nadie en tu casa y hay algo que debemos recuperar —la tomó de la mano y la guio hacia dentro como si él conociera mejor ese lugar.
Todo estaba quieto y silencio. Ni el auto de Rick ni el de Hanna estaban ahí, así que comenzaron a subir las escaleras para llegar a la habitación.
—¿Charlie, eres tú? —escucharon la voz de la anciana desde su recámara.
Ambos se miraron, aterrados.
—Dijiste que no había nadie —susurró ella, reclamando.
—Eso creí —respondió Eddie entre dientes.
—¿Charlie? —insistió la mujer.
La chica apretó los ojos y suspiró.
—Ya voy, abuela —contestó en voz alta—. Ve a mi recámara por lo que sea que hayas venido y nos vamos cuanto antes —le ordenó a Eddie en otro susurro.
Bajó de nuevo las escaleras y se dirigió a pasos lentos a la recámara de su abuela.
—¡Charlie! —exclamó al verla— No sabía que estabas aquí.
La chica no pudo evitar sonreírle. Tenía bastante tiempo sin verla. Desde antes de ser internada en aquel psiquiátrico.
—No estaba aquí —respondió, nerviosa.
—Pero volviste —estiró su mano para que se acercara. Ella obedeció y se sentó a su lado—. Sabía que volverías, hija.
Charlie no sabía qué contestarle, su otra versión seguía viviendo en esa casa, debía de verla a diario, no tenía razón de hacer esos comentarios.
—Ya dejaste de ir en contra del tiempo —sonrió tranquila.
—Sí, abuela —asintió—. Estoy tratando de hacer las paces con él.
—Tú sí eres mi Charlie —apretó su mano—. Sabía que regresarías, antes no eras tú. No eras la nieta que yo conocía.
Charlie tragó saliva. Quizá su abuela no estaba tan demente como ella pensaba. Se daba cuenta de cosas que la mayoría no, pero ¿Cómo? ¿Qué tanto sabía? ¿Por qué?
Eddie apareció en el marco de la puerta, en completo silencio y la anciana sonrió en grande al verlo.
—Te aliviaste —comentó.
Eddie miró de soslayo a Charlie y aclaró su garganta.
—Sí, me alivié —asintió.
—Recuperé a mi Eddie —completó Charlie.
—Eso es lo que quería escuchar —parpadeó con lentitud—. Eso es lo que deseaba saber para poderme ir en paz.
—No digas eso —apretó los labios.
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El tiempo que nos queda ﹝+18﹞
Ciencia FicciónCharlie se enamora perdidamente de un chico que llega al pueblo a inicios de la década de noventas. En ese mismo año lo ve morir de una manera trágica y dolorosa, así que pasa las siguientes décadas pensando en qué pudo ser diferente para mantener c...