One-shots -- Universo de Percy Jackson

28- ❤️⭕️⚠️❇️ Leo Valdez (pt.2/3)

Narración: Primera persona

Estilo: Chica x Chico

Pedido: @mal1978

Disclaimer: Contenido +18

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Habían pasado dos semanas desde que Valdez entró a trabajar con nosotros.

No nos dirigíamos la palabra a menos que fuese necesario. Y si lo hacíamos, eran cosas simples como...

- Tu padre dice que revises el inventario de las balatas. 

- Bien, yo me encargo. 

No sé que me ponía más de nervios, su presencia o su silencio. Leo no era de estar callado y a pesar de que hacía las cosas con naturalidad, no hablaba. Lo escuchaba charlar animadamente con los gemelos, pero en cuanto yo llegaba a la estancia se quedaba callado. 

Pero, ¿qué creían? ¿qué se había ganado mi compasión? PUES NO. 

Es un engreído. Se la pasa diciendo cosas y jugando con uno. El día que finalmente exploté y le dije lo que quería se hace la víctima. ¿Yo estoy mal? ¡Es él quien hacía trampa en los proyectos! 

Siempre que me carcome la culpa por haberle dicho que arruinaría mi verano pensaba en lo injusto que era él y los dilemas que me había causado con Atenea. 

Si él quería que no nos comunicáramos, pues que así sea. 

Pero papá comenzaba a notar algo raro. Y así como es él, nos cambió el curso de las cosas. 

- Estefanía, Valdez. Necesito que ambos trabajen en la Ford que llegó. Es de un cliente muy particular y necesitamos una reseña perfecta de él - anunció mi papá cuando terminamos de merendar -. Súbanlo al elevador y analícenlo. Denle un buen servicio. 

Leo tomó las llaves antes que yo y se dirigió a la parte trasera de la bodega. A regañadientes lo seguí. 

Llegamos a la estancia y no pude evitar admirar la linda camioneta que estaba ahí. Era antigua con un color azul cielo brillante y los rines blancos; era muy elegante. 

En el escritorio de trabajo arrimé anticongelante y algunas cosas que necesitaríamos mientras él se encargaba de subir la camioneta a la tarima. 

Colgó las llaves en una repisa de herramientas cuando terminó y me miró. 

- Debemos empezar con el anticongelante - dijo con sequedad. 

Yo le mostré la botella del líquido brillante que había traído. 

Sonará extraño, pero estábamos trabajando sin problemas. Él se arrimó con la cubeta y yo abrí la válvula para sacar el antiguo anticongelante. La cargó sin problemas y después cerré la manguera. 

Estuvimos ahí, dándole mantenimiento al coche hasta que no lo soporté más y me recargué en el escritorio. 

- ¿Qué demonios te sucede?

Él bajó la mirada del eje y me observó reacio. 

- ¿Ahora qué?