13- ❇️⭐️ Los Jackson

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Narración: Omnisciente 

Estilo: Familiar

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Blofis llegó a la hora acordada. 

Salió una hora antes del trabajo para llegar justo a las siete en punto de la noche. Él ya iba preparado con su traje negro y su corbata roja. Sus zapatos de vestir resonaban por el pasillo del apartamento. Se detuvo en la puerta y sacó sus llaves para abrir. 

Al entrar, se encontró con la asamblea lista. La mesa del comedor lucía un elegante mantel color crema, y al centro yacía el tablero de la discordia. Observó que el hogar estaba limpio; impecable. 

- Querido, has llegado. 

La señora Jackson salió de la cocina con un vestido de gala verde botella. Los olanes se aglomeraban en su cintura y caían con gracilidad hasta sus pies. Solo la punta negra de sus tacones salía a relucir por debajo del conjunto. En sus orejas estaban colgadas unas esmeraldas que combinaban con el collar fino alrededor de su cuello, y un moño alto y recogido enmarcaba su rostro. En las manos tenía una bandeja de galletas azules y las dejó en una esquina de la mesa principal.

- Es correcto, querida - dejó su saco y maletín en el perchero -. ¿Está todo el mundo listo? 

- Las señoritas no tardan en salir de la habitación... 

- ¿Qué hay de Jackson y Mister C.? 

- Estamos justo aquí. 

El señor Jackson también salió de la cocina seguido por su hermanastro, pues ambos cargaban con las bebidas que prepararon para la velada. El primer mencionado usaba unos pantalones azul marino formales y llevaba una camisa blanca remangada. Los primeros botones estaban desabrochados, dándole un aire de rebeldía y mostrando su collar con cuentas hechas a mano. Por otro lado, Mister C. lucía su único ojo con elegancia, pues llevaba un traje marrón que combinaba con él. El cabello estaba peinado hacia atrás con cera. 

Los dos dejaron cinco copas con Coca-cola en los asientos aglomerados alrededor de la mesa, y en la sexta posición, colocaron un vaso de plástico con estampado de princesas que contenía jugo de piña. 

- ¿Las señoritas ya están preparadas? - preguntó el más alto, Mister C. 

- Aún no han salido, pero estoy segura de que no tardan - respondió su madre adoptiva. 

Entre los cuatro, encendieron unas velas seguras alrededor de la estancia para darle más formalidad al asunto. La señora Jackson colocó un vinilo de Frank Sinatra en el toca discos y su melodía inundó el ambiente. 

Finalmente, escucharon unos tacones que venían desde el pasillo de las habitaciones. 

La señorita Chase apareció en la sala usando un vestido que le llegaba arriba de la rodilla con un color plateado. Le quedaba como un guante. En los pies, llevaba unos tacones exquisitos, y la melena rubia estaba peinada en una coleta alta que dejaba caer su largo cabello ondulado como una cascada. No llevaba collar, pero de sus orejas colgaban dos perlas marítimas y verídicas que eran suficiente adorno, cortesía de su novio. 

El joven Jackson la observó embobado. 

- Lamentamos la tardanza, teníamos problemas con el peinado de la señorita Blofis. 

Detrás de la muchacha, apreció una jovencita de siete años que llevaba un vestido amarillo esponjoso. Su cabello estaba peinado con unos rizos que le caían como un manto extravagante alrededor de su rostro, y sus zapatos brillaban con destellos dorados. Su acompañante le había compartido un poco de labial. 

- ¿Están listas para comenzar? - interrogó la señora Jackson. 

- ¡Claro que sí! - exclamó la jovencita Blofis. 

Todos caminaron y se sentaron en la mesa. 

- Señorita Chase, si me permite decirlo, se ve espectacularmente hermosa esta noche - mencionó el joven Jackson con coquetería. 

- Agradezco el cumplido - respondió -. Sin embargo, mis tácticas serán igual de atacantes hacia usted. 

El joven esperaba convencer a su novia de ser un poco menos "Listilla" en el juego, ¡ya le tocaba ganar a él! Pero al parecer su plan no funcionó. 

La familia asignó una caracterización de las piezas a cada uno de los participantes. La señorita Blofis escogió al gato, mientras la señorita Chase optó por el perro. La señora Jackson se fue por el clásico sombrero, y el señor Blofis eligió el auto antiguo. Mister C. se decidió por un zapato, y el joven Jackson terminó con el barco. 

- Bien, empecemos. 



Vamos a dejar la formalidad de lado, ¿les parece, queridos lectores? 



Se divirtieron jugando al Monopoly como jamás lo habían echo. Comían galletas y bebían de sus copas con glamurosidad. Annabeth era el banco, y ella se encargaba de repartir las tarjetas de propiedades cuando alguien compraba. Tyson había empezado muy fuerte, pero el cíclope acabó en la cárcel. El pobre Percy no había ni acabado su primer vuelta cuando los demás ya empezaban la tercera. Mientras Sally y Paul se atacaban mutuamente, se distrajeron, y en cuestión de segundos, Estelle llegó a la cabeza del grupo. 

Cuando por fin Percy había logrado comprar un parque acuático, Estelle llegó a la meta del dinero y venció a sus contrincantes. 

- ¡Sí! ¡Lo logré! 

Los demás se rieron, derrotados. 

- Bueno, - llamó su atención Paul -, como has ganado, te toca elegir la temática de vestimenta para el juego de mesa familiar del próximo mes. 

La pequeña niña lo pensó. 

- ¡Ya sé! Cada quien se vestirá de un color del arcoíris. 

- ¡Yo pido el azul! - se apresuró a pedir Percy mientras se le olvidaba la desgracia de haber perdido. 


Todos rieron al unísono. 

One-shots -- Universo de Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora