2- ❤️ Jason Grace

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Narración: Primera Persona

Estilo: chico x chica 

...............

- Vas a arrepentirte, Jason. 

- Tienes que perdonármelo. 

- Me traicionaste. Eso no tiene arreglo.

Salí de la cabaña de Zeus y me dirigí a la mía, la número 6. La fría brisa del anochecer me recibió. Podía escuchar a mi novio llamarme a lo lejos, pero lo ignoré. Subí el pórtico, abrí la puerta y entré con lágrimas en los ojos.

- ¿Estás bien, Yin? ¿A quién voy a matar? - preguntó Annabeth en cuanto me vio.

Sorbí por la nariz.

- Jason me traicionó.

Mi hermana se irguió cuanto pudo.

- Es hombre muerto.

Justo en ese momento, alguien abrió la puerta de la cabaña. Por supuesto que era él. ¿Quién más si no?

- Lárgate. No quiero verte - le dije mientras subía a mi litera en la esquina de la habitación.

- Fue un error - dijo -, lo siento mucho, hablemos por favor.

Annabeth no lo dejó seguir caminando.

- No me opuse a esta relación porque juraste que no la lastimarías - le incriminó con un tono aterrador.

- Beth, no es lo que piensas. 

- Señorita Chase para ti.

Cuando escuché que Annabeth desenfundó su daga, me volví para llamarla. Estaba muy segura de que ella era capaz de matarlo.

- Anne, déjalo. Yo me encargo.

Con un ademán de desconfianza, salió de la cabaña, no sin darle una última mirada amenazadora a Jason.

Después, el rubio llegó hasta mi lado. Era tan alto que ni siquiera tuvo que subirse a mi litera para que quedáramos cara a cara mientras yo seguía recostada.

Miró que yo tenía los ojos rojos.

- No lo entiendo, Yin. ¿Por qué te afectó tanto? ¿Te sientes bien?

- Estaba a punto de ganar en Mario Kart y tú me lanzaste una banana para rebasarme y llevarte la copa. ¿Cómo crees que estoy?

Jason sonrió y posó su mano en mi mejilla con delicadeza.

- Hay algo que estás escondiéndome. Te conozco.

Con algo de vergüenza, admití mis sentimientos en voz alta.

- Te has vuelto muy buen jugador en la consola, y creí que si practicaba lo suficiente, iba a poder estar a tu nivel para que encontraras diversión conmigo.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó sin saber descifrar mis palabras.

Suspiré y me cubrí con una cobija.

- Últimamente no hacemos las actividades que hacíamos juntos - expliqué con pesadez -. Ya sabes, caminar por las mañanas, practicar después del almuerzo, sentarnos a mirar el atardecer... Sentí que era porque comenzabas a aburrirte de las rutinas... creí que te aburrías de mi. Entonces pensé que si me involucraba en-

- Aguarda un momento - me interrumpió. Jason tenía el ceño fruncido - ¿Acabas de decir que crees que me aburrí de ti?

- Pues si lo dices así, suena estúpido - admití con vergüenza.

- Yin - me miró firmemente con sus ojos azules -, es lo más estúpido que me has dicho. Eres la estrella que ilumina mi vida, cuando sonríes me pongo de buen humor, y cuando hablas de los libros que tanto te gustan, ¡dioses! tus preciosos ojos se llenan con un brillo que jamás me canso de ver. Siempre estás llena de amor y alegría para dar, y eres un regalo que admiro y agradezco de tener - su mano se había recorrido hasta mi cuello. Yo estaba demasiado conmovida como para hablar -. No quiero que vuelvas a insultar a la mujer que amo de esa forma, ¿entendiste?

Yo solo atiné asentir.

- Bien, - se quitó los zapatos y escaló a mi litera -, voy a devolver la consola a los Stoll y tú y yo pasaremos todo los días de la semana y las que siguen juntos. No podrás librarte de mí. 

Reí.

- No creo que a Leo le agrade el plan de dejar ir el Mario Kart - comenté. 

- Pues que se aguante.

Extendí mis brazos para que se recostara conmigo. Cuando lo hizo, pasó un brazo protector por mi cintura y yo nos volví a cobijar. Besó mi mejilla.

- Te amo. Te lo diré más seguido.

Mi única respuesta fue besarlo. Estuvimos ahí un buen rato hasta que los campistas volvieron de la fogata y mis hermanos corrieron a Jason. 

- ¡Dos chicos del género opuesto no pueden estar solos en una cabaña! - lo regañó Malcolm mientras le lanzaba un plano de estructuras enrollado. 

One-shots -- Universo de Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora