One-shots -- Universo de Percy Jackson

24- ❤️❇️ Jason Grace (pt.1/2)

Narración: Primera Persona

Estilo: chico x chica

Pedido: Anónimo

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Me levanté a una hora más temprano de lo que solía hacer. Vi mi despertador y lo leí: las siete en punto. No tenía ganas de salir de mi cama, pero algo me quitó el sueño así que me levanté y fui al baño a lavarme los dientes. 

No me quité la pijama, que era solo una vieja playera del Campamento Mestizo y unos shorts de franela, al contrario me quedé así y solo me limité a cepillarme el cabello. 

No recuerdo a que hora dijo Jason que se despertaba, pero para mí que ya se fue. 

Sí, Jason, mi compañero de apartamento. 

No lo pedí así. Ninguno lo hizo de hecho, pero ahí les va. 

Llegué al MIT emocionada por haber sido aceptada. Me costó despedirme de todos mis amigos en Long Island, pero seguí mi sueño de la ciencia hasta esa Universidad. Percy, Annabeth, los Stoll, Katie, Butch... todos se iban a Nueva Roma y yo no. Nunca conocí el Campamento Júpiter, pero me parecía que habían demasiado reglas como para ser mi lugar. No es que fuera rebelde o algo así de dramático, pero mi madre divina es Eris, la Diosa del Caos, así que pueden darse un idea... Aún así, tampoco pasé tanto tiempo en el Campamento Mestizo, pues yo no traía la mejor de las ayudas... 

El inicio del año escolar llegó y fui al residencial de la universidad. En el elevador, Jason y yo nos conocimos y nos presentamos, pero hasta ahí nomás. Cuando se abrieron las puertas, noté que íbamos por el mismo pasillo. 

- ¿Cuál es el tuyo? - le pregunté aquella vez. 

- El 107 B. 

Me había detenido y le enseñé mi llave donde podía leerse "107 B". 

Ambos fuimos a la recepción e intentamos de todo por hacerles ver que era un error, pero no había más cupo, todas las habitaciones estaban llenas de estudiantes y Jason y yo tendríamos que conformarnos. 

No era muy cómodo, hubiera sido mejor estar con géneros iguales, pero en fin. Hacíamos nuestra vida muuuuuuy separados. Él siempre se despertaba temprano porque iba a hacer ejercicio por las mañanas y yo salía a correr por las noches. Yo desayunaba en la pequeña cocineta del apartamento y él se iba a la cafetería del campus. En las tardes, si estábamos al mismo tiempo en el lugar, simplemente nos limitábamos a estar en nuestras habitaciones. Para mí ya iba a ser muy difícil ocultar mi parte divina y proteger a mi roomie de los monstruos que me perseguían. Ahora, también tenía que controlarme y no pasarme de confianzuda en la casa como gritar a todo pulmón canciones de Taylor Swift. 

No hablábamos para cosas que no fuesen necesarias, como quien debía traer mandado, si olvidé mis llaves y él me hacía el favor de abrirme, si no había agua caliente cómo lo podíamos solucionar... 

Jamás fuimos amigos, y no lo somos. 

Hoy era sábado, así que no estaba en mis planes levantarme temprano. Aún así tuve el antojo de un café y me dije a mí misma que no habría problema en utilizar mi tiempo viendo una serie.