1- ❤️ Percy Jackson

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Narración: Primera Persona 

Estilo: chico x chica 

............

No podía creerlo. Siete años de amistad, llenos de baches en el camino, guerras, peleas, secretos, aventuras, experiencias... tirados a la basura por su culpa.

Bueno, tal vez estoy exagerando, pero esta no se la voy a perdonar.

Me puse las sandalias para dejar la arena de playa y volver hacia el campamento, pero justo cuando pisé el muelle, sentí que alguien me sostuvo por el brazo.

- ¡Grace! Espera...

Ah, por fin se decidió a salir del mar. Me giré para ver al estúpido Percy con su estúpida voz y su estúpido rostro atractivo.

Me crucé de brazos, haciendo que me soltara.

- Te dije claramente lo que pasaría si me volvías a dejar plantada, Jackson.

- Escúchame un momento, ¿si? - me pidió. Iba a irme, lo juro, pero verlo ahí, con esos ojos de cachorro y el cabello goteando con agua salada me calentó el corazón.

- Agh... Tienes un minuto.

Me sonrió con alivio. Ambos llevábamos las playeras del campamento, y mientras el usaba bermudas, yo tenía mis shorts de mezclilla. Aún estando así de combinados, mi ropa estaba seca, y la de él no.

- Mira, un tiburón blanco me pidió ayuda... - comenzó a relatar su historia.

- No me digas - respondí mientras rodaba los ojos -, siempre se trata de ayudar a alguien.

- ¡El de verdad me necesitaba! ¡Te lo prometo! - se defendió -. Iba camino a pedir la aleta de su novia en matrimonio, pero el pobre no llevaba ningún presente para su suegra. Así que le ayude a encontrar una perla rosada en el fondo del mar.

- Pues que bien - le dije con sarcasmo -, al parecer el tiburón llegará a tiempo a su cita, pero tú no llegaste a tiempo a la nuestra. ¡Por quinta vez! - le recriminé.

Me miró con aflicción.

- Ya sé que dijiste que era la última oportunidad que tenía para que tuviéramos una cita, pero déjame hacerte cambiar de opinión - me rogó.

Levanté la barbilla con indiferencia.

- No hay nada que pueda hacerme cambiar de opinión.

Era mentira, y yo misma lo sabía. Percy y yo llevábamos conociéndonos desde hace años, desde que él llegó al campamento. Habíamos estado juntos en las buenas y en las malas, en las aventuras y en las guerras. Era mentira lo que dije porque no importaba cuántas veces él me dejara plantada, mi corazón era suyo. Y podía hacer lo que quisiera con él, pero ya le pertenecía.

- Déjame intentarlo.

Sin más, me tomó de la mano y me arrastró hacia una colina. Intenté zafarme, pero dejé de querer hacerlo cuando me miró con aquellos ojos que me volvían loca. ¡Estúpidas hormonas! 

Subimos hasta donde estaba la Atenea Pártenos y entonces me dijo:

- Mira la puesta de sol.

Era muy bella. Justo el momento exacto.

- ¿Cómo es? - me preguntó. 

- Es bellísima - me limité a responder. 

- ¿Qué sientes? 

- Algo indescriptible... siento paz...

Me tomó por los hombros y me giró. Con sus manos atrapó mi cintura y por inercia llevé las mías hasta su cuello. 

- Eso siento cuando te veo. 

- ¿No tuvimos ni una cita bien y ya te me estás declarando? - mi entusiasmo estaba renovado; cualquier rastro de enojo se había ido de mí. 

- No necesito una cita cuando he vivido mis mejores momentos a tu lado todos estos años. Escucha, Grace, lamento no ser el mejor candidato, pero si tú me lo permites, quiero que estemos juntos, quiero que seamos más que amigos. Quiero quedarme contigo lo que resta de mi vida. 

- Percy... - las emociones se me quedaban atascadas en la garganta. 

- El tiburón no fue el único que corrió con la suerte de encontrar una perla rosada...

De su bolsillo, sacó un collar hecho de alga marina seca, un material muy resistente y delgado, con una preciosa y brillante esfera de un rosa claro.

- ¡Dioses! ¡Es perfecta! - fue lo único que salió de mis labios.

Estando así de cerca, levantó mi cabello con delicadeza y deslizó el collar por mi cuello. Lo ató con un fuerte nudo y después volvió a mirarme con sus ojos color mar.

- ¿Y bien? - inquirió sonrojado -. ¿Qué me dices?

La única respuesta que obtuvo fue un beso que había estado deseando por mucho tiempo. Al separarnos, pegué mi frente con la suya mientras cerraba los ojos y saboreaba el momento.

- Tendré que darte un reloj para que no llegues tarde a nuestras futuras citas.

Su carcajada me invitó a volver a besarlo.

One-shots -- Universo de Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora