One-shots -- Universo de Percy Jackson

9- ♊️ 🏺La Marca de Atenea

Narración: Omnisciente

Estilo: Punto de vista de los Dioses

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Los Dioses luchaban contra sus personalidades griegas y romanas, pero el curso de la Segunda Gran Profecía los unía para supervisar las hazañas de sus semidioses. 

- Al parecer... tú hija resultó ser lo suficientemente tenaz, Atenea - comentó Deméter desde su trono. 

Los Olímpicos se encontraban reunidos en la sala principal de la estancia. El Dios de la forja proyectaba "Televisión Hefesto" con un enorme holograma justo en el medio, a vista de todos. Actualmente se encontraban en el canal de "Seguimiento de Misiones", analizando las circunstancias en las que se encontraban sus hijos. 

- Es verdad - aceptó la madre hinchándose el pecho de orgullo. 

Los siete semidioses, junto con Nico di Angelo, estaban en la caverna donde Annabeth Chase venció a Aracne. La rubia les platicó sobre lo que tuvo que hacer ahí abajo. El hijo de Poseidón jamás le soltó la mano. 

- ¿Hiciste todo eso con un tobillo roto? - preguntó asombrado Jason Grace, el hijo de Zeus. Ellos escuchaban perfectamente lo que los chicos conversaban. 

- No entiendo como lo hizo - dijo el Dios de la medicina -, es una tortura tener una lesión de esa magnitud. 

- Y sin embargo, Apolo, ahí esta - concluyó Hestia, dándole crédito. 

- No todo fue con un tobillo roto... - declinó la mestiza a Jason, pero el chico a su lado la interrumpió. 

- ¡Por todos los Dioses, Annabeth! Generaciones de niños de Atenea intentaron y fracasaron, ¡y tú lo lograste! ¡Encontraste la Atenea Partenos!  - dijo Percy. 

Las miradas y sonrisas de amor que intercambió la joven pareja, no pasaron desapercibidas por ningún Olímpico. 

- ¡Hablo enserio cuando digo que ellos se han vuelto mi telenovela favorita! - exclamó Afrodita desde su lugar. 

Poseidón rió, pero a la Diosa de la sabiduría no le hizo gracia el comentario. El hijo de Ares, Frank Zhang, preguntó que harían con la enorme escultura. Annabeth dio instrucciones de llevarla con ellos, pues según ella, contiene una enorme cantidad de poder que les será de utilidad más adelante para detener a los gigantes. Después, Percy comenzó narrar su historia sin ella, contándole sobre el rescate del hijo de Hades y la lucha con los gemelos en el Coliseo. Él también explicó lo que Nico había dicho sobre las puertas de la muerte, y sus dos lados en el mundo. 

- Así que la parte mortal se encuentra en Epiro - analizó Annabeth en voz alta -. Por lo menos es un lugar al que podremos llegar. 

- El problema es el otro lado - intervino Nico -. El Tártaro. 

Los semidioses se quedaron en silencio un momento. Entonces, la rubia se percató de sí misma. 

- Percy, ¿podrías cortar las telarañas? - dijo señalando su cuerpo. 

Justo cuando el hijo de Poseidón se disponía a sacar su espada, la caverna retumbó. Escombros comenzaron a caerse, y la estatua titubeó en su posición, enredándose con uno de los soportes que solía tener Aracne al rededor.