26 - ❤️⭐️ Frank Zhang

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Narración: Primera Persona

Estilo: chico x chica

Pedido: Anónimo 

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- Entonces, ¿sí podemos ir? 

- Esta bien, iré por mi arco. 

- Exageras, Zhang. 

- Nunca cuando se trata de ti. 

- Touché. 

Supongo que al ser hija de uno de los Tres Grandes siempre es un riesgo estar conmigo. 

Pasé a visitar el campamento romano para buscar panecillos en la pastelería local que me encantaban, y decidí aprovechar para hacer las compras de regalos navideños en San Francisco.  Ninguno de mis amigos o conocidos estaban en la Nueva Roma, pero eso no importaba porque me encontré al hijo de Marte y eso ya es ganancia. 

Aquí entre nos, llevo un año entero con un crush en él. Se me derrite el corazón cada que lo veo, pero no vamos a rondar en eso que luego me pongo nerviosa. 

Nos encontrábamos en pleno invierno, y yo estaba acostumbrada al clima cálido y constante del Campamento Mestizo, es por eso que cuando mi mejor amigo Leo me dejó en el dragón de bronce, olvidé bajar mi chaqueta. 

¡Nunca me acostumbraré a cargar los suéteres!  

En fin, de seguro Frank se dio cuenta de como estaba entumida momentos antes, pues cuando llegó de buscar su arco, traía en la mano una chaqueta blanca de pretor que rezaba su apellido en la espalda y llevaba mangas moradas con detalles hueso. 

- ¿Qué te he dicho sobre abrigarte bien? - me dijo mientras me ayudaba a colocarme la chamarra -. Solace debe de estar cansado de tenerte en la enfermería todo el tiempo. 

- Oh, vamos... - le resté importancia -. Sus vidas son menos aburridas gracias a mí. 

Él solo rió y comenzamos a caminar hacia el Pequeño Tiber. Lo convencí de salir a hacer las compras navideñas conmigo. 

Estábamos cruzando el puente más cercano cuando me detuve, confundiéndolo. 

- ¿Ava? ¿Qué pasa? - inquirió al lado mío. 

- ... ¿me dejas intentar un nuevo truco? - solté con un tono dulce y persuasivo. 

- Se nos va a hacer tarde... - me dijo con ese tono regañón de pretor que tiene. 

- Ándale, ¿sí? Solo un par de segundos... 

Nos miramos por unos momentos, y tal como lo sospeché, no pudo negarse. Se sonrojó y negó con desaprobación. 

- Bien, bien... muéstrame - sonrió. 

Con emoción, me acerqué a la orilla del puente y estudié el agua que corría por debajo de nosotros. Concentrándome, atraje un chorro de agua y le di la forma de una línea. Después, tomé ambos extremos y comencé a saltar la cuerda. 

- ¡No puedo creerlo! - dije entre saltos -. ¡Funcionó! 

Escuché su risa. 

One-shots -- Universo de Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora