20- ⭐️❇️❤️ Leo Valdez (pt.2/3)

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Narración: Punto de vista de Leo 

Estilo: Chica x Chico

Pedido: Anónimo 

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- Tengo miedo... - me susurró. 

- No pasará nada...

- ¿Y si no le caigo bien? - preguntó con pánico. 

Reí. 

- Ella ya te ama - la tranquilicé. 

- Pero ni siquiera me conoce - me miró confundida. 

- Le conté lo suficiente de ti como para hasta saber tu apariencia. 

- ¿En serio?

- Sí. Es muy útil haber memorizado cada detalle. 

Apretar mi mano con más fuerza fue su última respuesta. Yo la alcé y besé sus nudillos. 

Nos encontrábamos caminando hacia mi casa. Hoy era mi cumpleaños y decidí traer a Olive conmigo, pues mi mamá insistió en que tuviéramos una comida junto con mis amigos. 

Llevábamos tres meses de relación secreta y un año entero desde que nos hicimos amigos. 

No voy a mentir, estuvo cabrón conquistarla. Después de que su falsa actitud de amargada se viese disipada, me di cuenta que era la persona más alegre y pura que había conocido. Aún no me cabía en la cabeza como era que su propia madre no la amase con las ganas que lo hacía yo.

Hace una semana me llevó a su casa para presentarme con su madre, y lo único que obtuve de ella fueron un montón de halagos por ser bueno en ciencias y tecnología en vez de atribuir mi suerte de haber encontrado a alguien como Olive. 

Bueno, las relaciones jamás son sencillas, pero estaba desesperado porque mi mamá conociese a Olive y así ella pudiera experimentar un amor materno puro. Porque aunque no la conociera aún, estaba seguro de que mi madre iba a adorarla. 

Tal vez incluso más que a mí. 

- Bien, llegamos, bonita - dije soltando su mano y abriendo mi mochila para sacar mis llaves. 

- ¡Ay, Valdez! Voy a salir corriendo, me voy a ir a perder en Jalisco. 

- Tranquila, Olive. Sólo se tu misma - contesté mientras abría la puerta y un olor a estofado nos daba la bienvenida.

Dejé mi mochila en una esquina del recibidor y la miré aún en la entrada. 

- ... Olive. 

- ¿Sí? 

- Tienes que caminar dentro de la casa. 

- Ah, cierto... 

Me descolgué su mochila que cargaba en el otro hombro y por fin cerré la puerta a sus espaldas. La vi analizando todo: las fotografías, los muebles mediterráneos, el piso claro y las grandes ventanas y tragaluces que iluminaban todo. No era mucho, definitivamente su casa era un poco más grande que la mía, pero aún así la vi sonreír. 

One-shots -- Universo de Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora