Capítulo 4

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No sabia qué era lo que esperaba cuando vine a la cena, pero una parte de mí se percató de que definitivamente no estaba vestida para la ocasión. Aquella reunión no era precisamente elegante, pero tampoco era tan casual como para asistir con jeans y una camiseta.

Pude notar lo mal que Teresa me veia cuando entré al comedor vestida con unas mallas negras y una camiseta holgada de un grupo de música. Su expresión reflejaba su disgusto antes de poner los ojos en blanco y darse la vuelta para dirigirse a su asiento.

"Puedes sentarte allí, en la última silla", dijo Teresa, señalando una silla que se encontraba al final de la mesa, la cual, casualmente, estaba justo al costado de un hombre alto y sombrio con unos músculos bien marcados y una barba perfectamente arreglada.

No pude evitar ponerme nerviosa cuando levantó su mirada para verme y me dirigió una pequeña sonrisa mientras me decía: "Tú debes ser la famosa Eva"

Yo no diria que soy famosa... Bueno, por lo menos aún no. "Emm. si. Esa soy yo".

Me dirigi a mi silla y rápidamente tomé asiento mientras observaba cómo los sirvientes traían un plato de comida tras otro. Estaba bastante sorprendida por toda la comida que había hasta que me distraje viendo a otros tres hombres fornidos entrando al comedor.

Ricardo, Ahren y otro hombre que no conocía aparecieron en todo su esplendor y tomaron asiento en la mesa. ¿Cómo era posible que una sola mujer diera a luz a estos cuatro hombres sexis y pecaminosos?

<<¡Por dios, solo deja de mirarlos con la boca abierta!», me regañé a mi misma mientras sacudia la cabeza y dirigía mi mirada al vaso de agua que se encontraba frente a mí como si fuera el objeto más interesante del mundo.

"Chase, veo que ya tuviste la oportunidad de conocer a Eva". Tras escucharlo, miré el rostro de Ricardo y me di cuenta de que no estaba contento de que yo estuviera aquí, aunque no estaba segura de a que se debia eso.

Aquel hombre que me había hablado hacia un momento se dirigió a él y le dijo con una sonrisa: "Así es, pero parece que no le gusta conversar".

"Tómalo como algo bueno", replicó Ricardo, acomodándose en su asiento.

Cuando otro hombre se sentó al lado mio, justo al frente de Chase, noté que ambos eran muy parecidos. Volví a mirarlos una vez más y me percaté de que estaba sentada junto a unos absolutamente deliciosos gemelos.

En ese momento, llevé mi mano debajo de la mesa y me pellizqué para confirmar que no estaba dentro de otro de mis sueños húmedos

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En ese momento, llevé mi mano debajo de la mesa y me pellizqué para confirmar que no estaba dentro de otro de mis sueños húmedos. No obstante, el dolor que sentí me hizo darme cuenta de que, en realidad, estaba completamente despierta.

"¿Te encuentras bien?", preguntó el hombre que recién había llegado con una expresión que denotaba su confusión.

Mis ojos se abrieron como platos mientras sonreía y le dije: "Si, tranquilo... Todo bien por aquí...". Chase comenzó a reirse mientras sacudia la cabeza con una sonrisa y miraba al hombre que estaba frente a él, diciéndole: "Edwin, me parece que ella está sorprendida de que seamos tan parecidos

Sus cuatro hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora