Sus cuatro hermanastros

Capitulo 14

Era muy bien sabido que cada persona buscaba una manera diferente de seguir adelante cuando pasaba por una situación traumática en su vida. Por ejemplo, algunos lloraban de manera incesante , mientras que otros bebían hasta quedar completamente ebrios.

Sin embargo, esas cosas no tenían sentido para mi. Por lo cual, todo lo que hice fue fingir que no había pasado nada.

A continuación, me puse los auriculares y escuché música a todo volumen con total despreocupación, como simulando que mi vida mejoraría. Aun así, sin darme cuenta, había caído en la rutina habitual de ir a clases, regresar a casa y hacer los deberes. ¡Eso era todo lo que hacía en el día a día!

Por otro lado, mantuve mi distancia con los chicos y dejé de hablarles, lo cual los entristeció. Ahren era el más interesado en retomar nuestra "amistad" , así que intentaba conversar conmigo para arreglar las cosas y aprovechaba cada momento para tomar mi mano o tocarme. De hecho, era evidente que él estaba impaciente con el trato tajante que le daba.

No obstante, los chicos debían entender que yo no era una universitaria cualquiera que haría todo lo que ellos quisieran o dijeran. Fue así que, en tanto ellos discutían sobre cómo conquistarme, yo investigué sobre los hombres lobo.

Honestamente, me desconcertó que existieran humanos con la habilidad de transformarse en lobos, y aunque los chicos eran las personas perfectas para que me explicaran todo al respecto, sentí que no podía confiar en ninguno de los cuatro, pues era posible que me ocultaran la verdad. Por otra parte, también pensé en preguntarle a papá, pero no estaba segura de que él supiera algo de esto.

De repente, me di cuenta de que el patio del campus estaba lleno de estudiantes que intentaban disfrutar de los últimos rayos de sol que ofrecía el verano antes de que el frío y las toneladas de nieve llegaran con el otoño.

"¡Hey! ¡Eva!", escuché inesperadamente. Ante esto, me giré y sonreí al ver que era Anna la que me estaba hablando. Por ende, me quité uno de los auriculares. "Parece que amas tener la música a todo volumen, ¿no?", agregó ella.

"Ya me conoces", le contesté, luego de reírme.

"Sí, eres la más inhibida", dijo ella en son de broma, por lo que ambas reimos.

Con todo lo que había pasado últimamente con los chicos, la compañía de Anna fue reconfortante. A pesar de eso, yo no podía contarle que ellos eran hombres lobo. Por consiguiente, tuve que mentirle y decirle que la marca en mi cuello era el resultado de una noche de sexo pervertido con Ahren.

"Y... ¿Sigues sin hablar con él?", me preguntó Anna, mientras sonreía.

"¿A qué te refieres? Claro que hablo con él", murmuré en tanto buscaba la manera de cambiar de tema. Siendo sincera, quería subirme en las piernas de Ahren y tener sexo rudo con él toda la semana, mas, al mismo tiempo, ese chico debía entender que yo no era una mujer cualquiera.

"Ay, por favor. ¿A quién intentas engañar, Eva?", me contestó mi amiga, sacudiendo la cabeza.

"Solo mira a ese pobre tipo", agregó, señalando detrás de mí.

Tras seguir su dirección, observé a Edwin, Chase y Ahren de pie junto al camión. Edwin parecía enfadado por algo, como de costumbre, y estaba discutiendo con Chase. Sin embargo, Ahren solo me miraba con tristeza, algo que hizo que sintiera una fuerte sensación de pena en mi pecho.

Con un suspiro, volví a mirar a Anna y le dije con rechazo: "¿?¿Qué esperas que haga? Ellos se lo buscaron".

"Lo sé, pero podrías darles la oportunidad de arreglar las cosas, de demostrarte que pueden ser diferentes", sugirió mi amiga. En cierto modo, ella tenía razón. Ya había pasado más de una semana desde que dejé de relacionarme con ellos por lo que había sucedido, y siendo honesta, aquello también me hacía sentir mal.

"De acuerdo. Tú ganas", murmuré para luego tomar la mano de Anna e ir juntas. Después de todo, si iba sola, las cosas no podrían terminar muy bien.

Ahren abrió sus ojos con asombro cuando vio que me estaba acercando, Chase apenas sonrió y Edwin parecía tan atónito como su hermano. Cualquiera diría que estaban observando un milagro a medida que me acercaba a ellos.

"Eva...", me saludó Ahren en voz baja, haciendo que sus hermanos se paren erguidos. "¿Estás bien? ¿Pasó algo?".

"Escucha...", le dije con un suspiro, sacudiendo la cabeza. "Esto no lo hago porque les haya perdonado que me oculten cosas, ¿de acuerdo?... Aun así.

Respiré hondo y volví a observar a Anna, quien me miró de la misma manera que mi madre me miraba cuando quería que hiciera algo. Luego, volví mi vista a Ahren en tanto pensaba en que quería besarlo, ser suya y que me hiciera sentir todo lo que en algún momento sentí por él. Mas, antes de perdonarle a él y a sus hermanos, ellos tenían que entender que yo tomaba las decisiones en mi vida.

"¿Aun así...?", preguntó Ahren, resignado a que lo rechazara y le pidiera que se vaya.

"Les daré la oportunidad de que me demuestren que pueden ser diferentes y que puedo confiar en ustedes. Quizá nos volvamos cercanos nuevamente si logran cambiar mi perspectiva", le dije.

Ante esto, los ojos de Ahren brillaron mientras sonreía alegremente. "¿Lo dices... lo dices en serio?", me respondió.

Tenía la sensación de que una parte de mi se arrepentiría de esto, pero al mismo tiempo, necesitaba volver a tener a Ahren cerca. Cada noche era un martirio, pues soñaba con él al cerrar los ojos, y al despertar por las mañanas, sentía un profundo vacío en mi pecho por su ausencia

"Sí, lo digo en serio. Mmm, debo irme ahora, nos vemos", le contesté para luego girarme y marcharme rápidamente. A fin de cuentas, el hecho de que les hubiera dado esa oportunidad no significaba que yo debía actuar como si nada hubiera pasado.

"¡Eva! ¡Espera!", me gritó Ahren, lo que hizo que yo me detuviera a medida que él se acercaba trotando. "Tenemos un pequeño problema y me gustaria decírtelo, para que no pienses que te estoy ocultando cosas", me dijo.

No me agradó para nada lo nervioso que lucía Ahren, mas, podía entenderlo, ya que acababa de darle una oportunidad para demostrarme que lo nuestro iba en serio. "Dime, ¿cuál es el problema?".

"Lo que pasa es que... Ricardo acaba de volver a casa hace casi una hora, y bueno... él no sabe nada de esto".

Al escuchar aquello, me angustié mucho. Claro, sabía que era mi vida y que él no podía entrometerse, sin embargo, le había desobedecido. No solo me acerqué a sus hermanos, sino que permití que Ahren y yo tengamos una especie de romance. Sin mencionar que Chase y Edwin también querían conquistarme.

"Mmm, entiendo. ¿Hay alguna forma de que tu hermano no se entere de esto por ahora?".

Ahren vaciló ante mi pregunta, lo que hizo que me sintiera mal por pedirle algo así. Es decir, hace poco los reprendí por ocultarme cosas, y ahora le estaba pidiendo que le ocultara algo a su propio hermano.

"Bueno, podría intentarlo, pero no sé si funcione. Ya conoces a Ricardo".

Tras oirlo, asenti con la cabeza y sonreí. "Lo sé. Ya se nos ocurrirá algo. ¿Te parece si hablamos de ello esta noche? Es viernes y todo lo que quiere es tomar la última clase e ir a casa".

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