Capitulo 21

4.3K 259 8
                                    

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos y, ahora que Chase y Ahren no estaban, logré meterme de lleno en la universidad. Por otro lado, era consciente de que, mientras más nos acercábamos al invierno, los exámenes no tardarían en hacerse presentes, algo para lo que definitivamente no estaba preparada.

A decir verdad, había muchas cosas para lo que no estaba preparada, pero de todas formas tenía que concentrarme.

"Eva, ¿recogiste las notas del Sr. Guillermo?", me preguntó Andrea mientras estábamos sentadas en una de las mesas de la cafetería de la universidad.

Negué con la cabeza y suspiré: "No...".

Tenía muchísimas cosas que hacer y, dado que hacía unos días falté a la clase de Nick, aún necesitaba obtener las notas impresas de aquella lección. Él dijo que estaría encantado de reunir esa información para mí, pero esa era otra de las cosas que me hacían sentir incómoda.

"Amiga...", intervino Anna mientras me veía con una expresión llena de preocupación. "¿Estás segura de que te sientes bien? Estos últimos días has estado en las nubes, lo cual es muy extraño de tu parte".

"Lo sé, lo sé", murmuré sin pensarlo mientras cerraba el libro que tenía frente a mí y guardaba todas mis cosas en mi mochila. "Iré a hacer eso antes de volver a casa".

Anna y Andrea se miraron con preocupación mientras yo hacía mi mejor esfuerzo por forzar una sonrisa. "¿No quieres que te acompañe?", preguntó Anna.

"Por supuesto que no, y menos cuando tienes que hacer tu tarea de Cálculo", respondí con una pequeña sonrisa, provocando que ella se quejara.

"En eso tienes razón", murmuró Elizabeth, haciendo que todo el mundo se riera, a excepción de Anna.

Eran momentos como estos los que me hacían recordar por qué amaba mi vida, incluso si a veces las cosas eran más complicadas de lo que me gustaría.

"¡No es culpa mía que ese asqueroso curso sea tan difícil!", exclamó Anna, haciéndome reír una última vez antes de despedirme de ellas y dejarlas discutiendo sobre lo innecesarias que eran las matemáticas.

El día que decidimos comenzar a reunirnos, me vi forzada a informárselo a mi padre con el fin de evitar que Ricardo volviera a pasarse de listo conmigo, pues no deseaba que él estuviera metiéndose en mis asuntos constantemente. No obstante, parecía que bastó con decirle a mi padre que llegaria tarde todos los días, ya que Ricardo ni siquiera intentó acercarse a mí.

"¡Eva!", exclamó Nick con una sonrisa mientras colocaba sus lentes sobre el escritorio y se ponia de pie. "Me preguntaba cuándo pasarías por aqui.¿ Ya te sientes mejor?".

Sus palabras me hicieron sentir culpable por haberle mentido, pero intenté hacer a un lado esos sentimientos para sonreírle mientras decía: "Sí, ya estoy mucho mejor. Gracias por preguntar".

Habia faltado a su clase con el pretexto de que estaba enferma, pero la verdad era que había estado lidiando con todo lo que estaba pasando en casa y no deseaba ir a la universidad con la cabeza hecha un caos.

"Esas son maravillosas noticias. Bueno, iré por las notas que te había ofrecido".

Entonces, se dio la vuelta y se dirigió a su escritorio para tomar un sobre amarillo que estaba en una esquina. Lo vi dudar por un momento antes de volver a mirarme y caminar lentamente hacia mí para entregarme lo que tenía en sus manos. "Añadí unas cuantas notas adicionales que te vendrán de mucha ayuda en el próximo examen".

"Oh...". Me quedé sorprendida por su amabilidad y, cuando levanté mi mirada hacia él, no pude evitar sonreirle. "Te lo agradezco mucho. No sabes lo mucho que esto significa para mi, Nick".

"No tienes que darme las gracias todo el tiempo, Eva. Después de todo, no solo te considero como una estudiante, sino también como una amiga. Dicho eso, si alguna vez necesitas algo de mí, no dudes en pedírmelo".

Me dio la sensación de que había un significado oculto en sus palabras y, cuando él se me acercó aún más, sentí una ola de emociones que se acumularon en el pequeño espacio que nos separaba. "Nick...", le susurré. "En verdad aprecio tu ayuda".

En ese momento, me di cuenta de que debía cambiar de tema y calmar la situación, pues era posible que Nick estuviera malinterpretando nuestra relación y no podía permitir que eso sucediera. Era cierto que él era increíblemente apuesto y, si las circunstancias fueran distintas, no hubiera dudado en hacer toda clase de cosas con él. Sin embargo, él no era Ahren, Chase, Edwin o Ricardo.

A fin de cuentas, ellos eran los únicos hombres que deseaba.

"Tengo que irme", respondi suavemente cuando senti que la tensión entre nosotros se había vuelto casi insoportable. "Debo ir a casa para trabajar en todo esto".

Moviendo un pie a la vez, le di la espalda a Nick con la intención de irme de allí, pero él me tomó del brazo y me detuvo para decirme: "Ten cuidado ahí afuera, Eva. Una chica como tú no debería estar sola".

La forma en que dijo eso me hizo sentir muy vulnerable. Era como si sus palabras fueran una advertencia y, a la vez, algo mucho más peligroso. "Gracias".

Aquellas palabras salieron de mi boca antes de que tuviera la oportunidad de pensar otra cosa que decirle. Salí de allí a una velocidad que incluso me sorprendió a mí y me dirigí al patio de la universidad. No sabía por qué, pero sentía que mi corazón se había acelerado muchísimo.

Cuando levanté mi mano para tocar el collar que Chase me había dado, consideré la posibilidad de quitármelo para intentar comunicarme con él o con Ahren. En verdad extrañaba nuestras conversaciones, y, desde que se fueron, no había tenido la oportunidad de hablar con ninguno de ellos.

Era como si hubieran desaparecido por completo.

Aunque toda esa situación me parecía muy extraña, la realidad era que yo no estaba acostumbrada a la clase de vida que conllevaba ser un hombre lobo. Tampoco conocía las tradiciones ni las reglas de una manada, algo que, de vez en cuando, me hacia sentir como una extranjera en mi propia casa.

Saqué el celular de mi bolsillo trasero y rápidamente revisé si Chase había visto los mensajes que le envié. Sin embargo, quedé totalmente decepcionada cuando me di cuenta de que seguían sin ser abiertos, de la misma forma que hacía dos días.

Uno creería que por el hecho de ser su pareja estarían más interesados asegurarse de que estuviera bien. Sintiéndome defraudada, dejé salir un suspiro y guardé mi celular antes de dirigirme hacia mi auto para volver a casa.

Todo lo que deseaba era su compañía, pero todo apuntaba a que sería otra noche en la que no hiciera nada más que estudiar e irme a dormir sola.






Nota: ¿Qué opinan de Nick?
Yo mejor ni opinó...

¿Y qué creen que este pasando con Ahren y Chase? que andan muy desaparecidos.

Besos.💋

Sus cuatro hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora