Capitulo 15

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"Ay, Eva...", respondió Chase tiernamente mientras se sentaba en mi sofá con una sonrisa. "Tienes que entenderlo, ¿sí? Ricardo no es como nosotros. Él es muy perceptivo", agregó.

Cuando les dije que idearíamos un plan para que Ricardo no se enterara de lo que había pasado, no me refería a que me quedaría como prisionera todo el fin de semana en mi casa. Sin embargo, ellos creían que era una buena idea, ya que les preocupaba que su hermano me oliera.

"Es que no lo entiendo, Chase. ¿A qué te refieres cuando dices que huelo diferente? Según yo, mi aroma siempre ha sido a lavanda y rosas", le contesté con el ceño fruncido, expresando mi enojo.

"Cariño...", me llamó él repentinamente, lo cual me sorprendió. No obstante, dejó de hablarme con ternura cuando observó mi mirada furiosa. "De acuerdo, escucha, Eva. Hay ciertas cosas que funcionan diferente con los lobos. Por ejemplo, cuando nos apareamos con alguien, nuestro olor se mezcla con el de esa persona. Evidentemente, los humanos no lo notan, pero Ricardo, siendo lobo, olería el aroma de Ahren por todo tu cuerpo".

Me quedé pasmada cuando escuché cada una de las palabras de Chase, dado que era algo difícil de asimilar para mí. "Espera... ¿cómo que aparearse?".

"Pues, sí. Eso es lo que tú y Ahren hicieron la otra noche, aparearse", contestó el chico, confundido por mi reacción.

"Entonces... ¿tener sexo es aparearse?...", pregunté, tratando de entender qué sentido tenía que Chase me dijera todo eso. «¿Acaso Ahren se acostó conmigo con el fin de aparearse?», pensé, lo que hizo que sintiera cierta incomodidad.

"Mmm...", dijo Chase en voz baja, como si dudara en responderme. "Dime una cosa. Cuando tú y Ahren tuvieron relaciones sexuales, él te pidió que fueras suya y te mordió, ¿verdad?".

Cuando pensé en lo que sucedió esa noche, recordé que Ahren me pidió que fuera suya y que me entregara a él, lo cual hice en ese momento. Mas, yo creí que aquello fue una charla pervertida que él hacía porque le excitaba.

"¡Oh, por Dios! ¡Ahren me pidió que fuera suya de verdad!", exclamé, tapándome la boca con la mano.

Ante esto, Chase abrió los ojos con sorpresa y, rascándose la nuca, dijo: "Oh, mierda...". Luego, levantó la mirada hacia mi ventana, donde pudo ver a Ahren y Edwin acercándose a mi cabaña. "Mmm, bueno. Las cosas ya están hechas. Ahí vienen mis hermanos", agregó.

Al oír aquello, grité fuertemente: "¡Ahren!". Por ende, él entró corriendo.

"¿Qué pasó, Eva? ¿Estás bien? ¿Acaso Chase te hizo algo?", me preguntó a medida que observaba a su hermano con furia.

"¿En serio te acostaste conmigo para aparearnos?...", le contesté con un tono de voz suave en tanto lo veía fijamente. Cuando Ahren me escuchó, hizo una mueca de sorpresa y me miró como si se tratara de un niño al que lo habían atrapado haciendo una travesura.

"Espera, Eva. Puedo explicarlo...", replicó él, mientras yo, furiosa, empezaba a golpearle los brazos. "Ouch, ya... cálmate, por favor...".

De repente, Edwin rodeó mi cintura con sus brazos y me acercó a su cuerpo para inhalar el aroma de mi cuello. "¿Cómo? ¿Ahren no te preguntó antes de aparearse contigo?", me dijo con un suave gruñido, haciendo que mis ojos se cerraran. Sin embargo, intenté controlarme y me solté de su agarre.

"¡Deja de tocarme! Es suficiente. Todos ustedes me están volviendo loca con lo que hacen".

Edwin sonrió satisfecho y Chase se rio con disimulo. Mas, un segundo después, los tres hermanos me miraron con deseo. "Algo que no sabes es que también podemos oler cuando te sientes excitada, Eva", replicó Ahren, lo que hizo que me sonrojara.

Sus cuatro hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora