Luego de asearnos, me acosté entre los brazos de Chase y me pregunté si así sería mi vida todo el tiempo. Es decir, ¿en serio era posible que los cuatro... me amaran para siempre?
Aquella era una idea increíble, pero al mismo tiempo, no estaba segura de si eso era lo correcto.
"¿En qué piensas, Eva?", me susurró Chase desde detrás de mí, acercando mi cuerpo al de él en un abrazo.
Sinceramente, no quería molestarlo con mis problemas, a pesar de que todo lo que estaba pasando con él y sus hermanos me tenía confundida. Además, seguía preocupada por terminar mis tareas de la universidad. Todo el tiempo que había pasado angustiada por lo que estaba haciendo con ellos me había hecho perder el enfoque en mis metas.
Sin embargo, incluso en medio del caos que era mi vida, no podía controlar mis intensas emociones.
"Chase, ¿vas a ocultar lo que tienes conmigo como lo hace Ahren?", le pregunté con curiosidad.
"No, nunca lo haría. A mi no me importa lo que Ricardo tenga que decir respecto a nosotros. Y si tengo que mudarme aquí contigo para demostrárselo, lo haré", contestó para luego reír entre dientes y darme un suave beso en la nuca. Sus palabras me hicieron sonreír en tanto me giraba para mirarlo.
"¿En serio te mudarías aquí conmigo?...".
El chico me sonrió y, tras besarme nuevamente, me dijo: "Eva, yo movería montañas por ti si fuera necesario".
"Oye, Chase", se oyó repentinamente desde la sala de estar, por lo que abrí mis ojos pasmada. No estaba segura de quién era, mas, esa voz no pertenecía a Ricardo, o al menos, eso quería creer. No obstante, Chase se limitó a sonreírme antes de suspirar y bajarse de la cama.
"¿Edwin? ¿Qué pasa? No querrás unirte a nosotros" , contestó él.
El tono burlón de la voz de Chase me hizo reír levemente, ya que estaba intentando fastidiar a su hermano a propósito. Aun así, Edwin no parecía el tipo de hombre al que le entusiasmara algo como un trio sexual.
A pesar de eso, yo sabía desde hacía mucho que, eventualmente, me acostaría con ambos, pero ellos me dejarían decidir el momento en que sucedería. Eso era lo maravilloso de Chase, que no me obligaría a hacer nada que yo no quisiera.
De pronto, vi a Edwin entrar por la puerta de mi habitación con el torso descubierto, por lo que pude apreciar su abdomen bien marcado, sus fornidos brazos, y las brillantes gotas de sudor que caían por su pecho. Sin duda, mirarlo fue excitante.
Acostada en la cama, con la parte superior de mi cuerpo desnudo, le sonreí a Edwin cuando su mirada se posó en mí. "Hola", saludé.
"Pfff, ya me lo imaginaba", murmuró, sacudiendo la cabeza y alejándose de mí. No tenía muy claro lo que acababa de pasar, mas, me dolió que Edwin me mirara de la manera en que lo hizo. ¿Acaso hice algo malo?
"Oye, ¿cuál es tu problema?", le preguntó Chase mientras iba detrás de él. Acto seguido, me levanté de la cama con la sábana y salí a la sala de estar, donde los encontré conversando.
"Escucha, Ricardo te está buscando. Creo que deberías ir a verlo antes de que él venga a buscarte", dijo Edwin.
"Ah, bueno", respondió Chase, como si no le importara. "Lo que no entiendo es por qué eres grosero con Eva. ¿Acaso no escuchaste que te saludó?".
Con el rostro totalmente inexpresivo, Edwin contestó: "No tengo tiempo para esto, Chase. Debes ir a ver a Ricardo ahora, porque necesita que Ahren y tú se encarguen de un asunto con un aliado. El problema es que él olerá el aroma de Eva en ti tan pronto como llegues, así que piensa en una solución".
Chase dudó por un momento antes de girarse hacia mí. Yo sabía que Edwin tenía razón y, aunque Chase prometió que no escondería nuestro romance, parecía que no fue del todo cierto.
"Debo irme", me dijo Chase con un tono de voz suave en tanto Edwin se iba. "Lo siento, Eva. Yo. continuó, mas, yo lo interrumpi de inmediato. "Tranquilo, todo está bien. Yo lo entiendo", le respondí con una sonrisa.
Aunque, sinceramente, no entendía nada.
No lograba comprender cómo es que tenía a cuatro hombres increíbles en mi vida. Sin embargo, estaba atrapada jugando a los secretitos sucios con dos de ellos mientras intentaba centrarme en los estudios. Claro, sabía que había muchas cosas que podía hacer para cambiar mi situación, pero, a decir verdad, no estaba segura de querer arriesgarme a perder a Chase o a Ahren.
"Créeme, Eva, odio tener que hacer esto después de prometerte que no ocultaría lo nuestro".
Chase se mostró muy sincero con lo que me dijo, por lo que, me acerqué a él y le di un tierno beso en sus labios. "A veces, en la vida, tenemos que hacer cosas que no queremos para que aquellos que nos importan estén a salvo", le dije.
El hombre sonrió al escucharme recitar el diálogo de una película y, con un suspiro, me robó un beso para luego marcharse rápidamente. Después de la partida de Chase, sentí una sensación de soledad en mi pecho. No obstante, estar sola no era algo nuevo para mí, pues, aunque siempre tenía personas a mi alrededor, me sentía sola casi todo el tiempo.
Sin embargo, el que Chase y Ahren se fueran por un rato significaba que podía centrarme más en mis estudios. Eso era lo que necesitaba. Tenía que aprender a controlar los horarios para cada cosa que hacía en mi vida, y era difícil lograrlo si ellos dos estaban cerca.
"Tengo que organizar mi vida", murmuré para mí misma. Y di un suspiro inesperadamente, como si lo hubiera estado conteniendo sin siquiera darme cuenta.
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Sus cuatro hermanastros
Lupi mannariPoliamor. La vida de Eva había dado un giro inesperado. Después de pasar toda su infancia con su madre, tenía que volver con su padre porque había sido admitida en una universidad en la ciudad de él. Vivir con su padre también significaba vivir con...