Capitulo 8

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Aquella noche, no pude dejar de pensar en la forma en que Ahren me había tocado. La imagen de su fornido cuerpo contra el mío y su increíble olor no abandonaron mi mente fácilmente. Desde un principio, todo lo que quise al llegar a este lugar fue mantener mi distancia con esta familia, lo cual. creí que no iba a ser difícil después del recibimiento que me dieron los chicos.

Sin embargo, cuando Ahren tocó mi piel, sentí una sensación de calor atravesando mi pecho y me rendí ante su delicada caricia.

Aun así, por más que lo pensé una y otra vez, no logré comprender por qué es que él había actuado así conmigo.

Solté un suave suspiro a medida que me levantaba de mi cama. Luego, me recogi el cabello en una coleta y fui a encender la tetera. Lo único que me gustaba de Idaho eran las tardes frescas, pues podía abrir la ventana para que mi sala se mantuviera ventilada con el aire y el aroma de las plantas.

Hacer aquello en Georgia era difícil en los meses de verano, pues siempre había muchos mosquitos en esa época y yo terminaba con ronchas en todo el cuerpo. No obstante, los veranos en Idaho eran más agradables y solo tenia que preocuparme por la nieve en invierno.

Una estación que deseaba que no llegara.

Caminé hasta la ventana y observé el verde césped que se extendía por miles de kilómetros. Las luces de la casa principal brillaban a lo lejos e iluminaban la pequeña zona que la rodeaba. En ese instante, pensé en que mi miedo constante a ver a papá solo había hecho que me pierda la oportunidad de estar aquí, más cerca de la naturaleza.

¡Más cerca de la forma en que deseaba vivir!

Por mucho que intenté distraer mi mente de lo que había pasado con Ahren, me resultó difícil hacerlo.

Llevaba dos años sin tener sexo, así que me sentía fácilmente vulnerable en ese aspecto.

De repente, recordé que, el año pasado, mi madre me compró un vibrador en forma de broma, lo cual me dejó pasmada, pues no podía creer que ella hiciera algo así. Según mamá, yo estaba demasiada tensa con los exámenes y necesitaba relajarme un poco.

Cuando mi madre me hizo aquella broma, no le encontré sentido, me pareció incluso tonto. Mas, ahora podía entenderlo. ¡Ese juguete ayudaba a aliviar la tensión!

Por consiguiente, saqué el vibrador púrpura brillante de una bolsa rosa, me desnudé hasta quedarme solo con la camiseta de tirantes y me acosté en la cama. La primera imagen que tuve en mi mente fue la de Ahren, y aunque sabía que no estaba bien que pensara en él, fue su culpa que estuviera tan excitada.

Por lo tanto, necesitaba desahogarme como fuera posible.

A medida que las vibraciones me estimulaban, comencé a acariciar cada parte sensible de mi cuerpo. Poco a poco, solté suaves gemidos mientras movía el juguete sexual en mí y pensaba en Ahren tocándome. De pronto, una imagen de su cuerpo apretándose contra mí y besándome pasó por mi mente, lo que hizo que yo temblara con un suave orgasmo que crecía a cada segundo.

"Oh, Ahren...", susurré. "Así, por favor...".

Cuando llegué al clímax, me sentí liberada por completo. Sin embargo, un repentino aullido resonó en el bosque, por lo que, abrí mis ojos pasmada y dejé el vibrador a un lado.

"¡¿Qué diablos fue eso?!", exclamé, para luego ponerme una bermuda de inmediato.

Honestamente, sentí mucho miedo, pues, el sonido se escuchó muy cerca a mi cabaña; sin mencionar que vivía al lado del bosque. En ese momento, me puse de pie y caminé hasta la sala de estar, donde vi que había dejado las ventanas abiertas. Por ende, las cerré enseguida.

Sus cuatro hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora