Capitulo 12

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Solía decirse que cuando finalmente
conocías a la persona con quien estabas destinado a estar por el resto de su vida, el tiempo se detenía al estar junto a ella. Bueno, eso fue exactamente lo que me ocurrió con Ahren. Me excitaba sentir sus manos sobre mi piel y, poco a poco, se me hacía más difícil controlar mis gemidos.

Cuando sus manos se deslizaron hacia mi cintura, él tomó mi trasero y me levantó en el aire, envolviendo mis piernas alrededor de sus caderas. Aquello se sentía tan natural para mí que incluso tenía ganas de hacer cosas que solo había visto en películas.

Podía sentir sus labios contra mi piel mientras nos quitábamos la ropa con nuestros dedos...

Le suplicaba que me hiciera cosas con las que solamente había soñado.

"Ahren...", le rogué mientras me acariciaba con su lengua. "Ya no puedo correrme... Te necesito".

Estaba esperando el momento en que inevitablemente volviéramos a ser interrumpidos, sin embargo, tan pronto como sentí la punta de su verga abriendo mi vagina, sabía que ya no había vuelta atrás. Bastó con que me penetrara una sola vez para hacerme gritar del placer mientras Ahren gemía. Hasta ese entonces, nada me había hecho sentir tan bien como él.

"¡Oh, mierda!", grité cuando comenzó a moverse con mucha fuerza y rapidez. "Ay, dios...".

"Joder, no tienes ni la menor idea de cuánto te he deseado", gruñó él mientras tiraba de mi cabello para mordisquear mi cuello.

"Sí, por favor... Quiero que me lo des todo". Ya ni siquiera podía reconocer las palabras que salían de mi propia boca. Me sentía cada vez más llena conforme me penetraba y, mientras más fuerte gemía, él se ponía más rudo conmigo. No sabía qué hacer para seguirle el ritmo, pero, antes de que pudiera hacer algo al respecto, sentí una sensación que nunca antes habia tenido.

Era como una hinchazón... Muchísima hinchazón que ya había durado mucho más de lo que había previsto.

"Ahren, me duele mucho, pero, al mismo tiempo, se siente tan bien...".

Mis uñas se incrustaron en su espalda mientras lo arañaba. "Acéptalo, Eva", dijo él. "Solo acéptalo, porque esa sensación no desaparecerá hasta que te haya hecho mía".

No pude evitar gritar de placer repetidamente debido a que me estaba dando justo donde quería.

"Vamos, di que me perteneces...", susurró mientras me penetraba con más fuerza. "Dime que serás mía".

"¡Sí!", exclamé. "¡Dios mío, sí!".

Algo de lo que dije acabó desencadenando un instinto salvaje dentro de él, ya que aumentó la velocidad a la que se movía a una que yo simplemente no vi venir. Entonces, ambos terminamos viniéndonos juntos, pero, al mismo tiempo, él llevó su cabeza hacia atrás antes de abalanzarse sobre mi hombro, haciéndome gritar de dolor y placer.

Por un momento, todo lo que vi fue un remolino de oscuridad a través de mis ojos. Una vez que él se alejó, podría haber jurado que noté sangre en sus labios y unos ojos dorados llenos de lujuria.

La fresca brisa que entró por la ventana me sorprendió, provocando que abriera los ojos. No recordaba haberme quedado dormida con la ventana abierta, aunque, de todos modos, había olvidado gran parte de lo que fuera que había hecho anoche.

Me senté a paso de tortuga y sostuve mi cabeza con mis manos debido al inmenso dolor que sentía. "MaIdición... Creo que bebi demasiado".

"¡Y que lo digas!". Escuchar la voz de Ahren hizo que me quedara paralizada y, lentamente, dirigí mi mirada hacia la puerta, en donde lo vi de pie vestido solamente con un pantalón deportivo negro.

Sus cuatro hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora