Hace tres años.

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Lo veía reír con su grupo de amigos. Él siempre me invitaba a estar con ellos, pero sentía que lo estaría invadiendo. Además, como era un año mayor que yo, me sentía extraña con los de su curso. Pero, aun así, había recreos en los que solo estábamos él y yo.

—Deja de mirarlo. — Madison se quejó. Decía mucho que viéndonos a nosotros se sentía muy sola, pero es Mad, ella se asfixiaría en una relación.

Le saqué la legua, pero ella me arrojo un poco de pochoclos a la cara y reí con fuerzas mientras comenzamos a jugar con tirarnos cosas.

O al menos hasta que sentí unos brazos rodearme. Mad puso sus ojos en blanco.

—Ya vienes a quitarme tiempo con mi amiga.

—Soy su novio, tengo más derecho. —dijo Zack.

—Claro. — se levantó y comenzó a alejarse, pero entes volvió a hablar —. Te lo perdonaré si me presentas a algún futbolista.

Sonreí divertida mientras comía de los pochoclos que no fueron tirados. Él estiro la mano y comió un poco.

Comenzó a hacer muecas con su boca. Estaba muy nervioso desde hace semanas y por mas que le preguntara, no podía sacarle ninguna información.

Aparté la bolsa con comida cuando intentó comer un poco más.

—Ya dime qué sucede, Zack. Llevas estando nervioso desde hace un mes.

Suspiró y sacudió sus manos.

—Me contactaron de Londres. Un equipo de allí quiere que juegue para ellos.

Les juro que no podía creerlo. ¡Era increíble! Eso significaba que su nombre sí estaba siendo conocido por todo el mundo.

Pero su rostro expresaba cierta incertidumbre.

—Oye, no te preocupes, lo harás bien. —lo alenté.

—Podré llevar a mi madre lejos de aquí. —sonreímos, él no por completo —. Ven conmigo. Te quiero encontrar entre esas miles de personas en el estadio así como lo hago ahora.

Mordí mi labio. No sabía qué decirle; no estaba del todo segura. Debía terminar el secundario y pensar en la universidad, en mis padres, y en que alejarme de ellos y de mi hogar no me apetecía mucho.

—Piénsalo, estoy seguro que conseguirás una beca para cualquier universidad de allí, eres inteligente. Estaremos separados un año hasta que termines la escuela, pero podremos con ello, ¿Qué me dices?

La campana sonó y no pude responderle. El beso mi frente y me sonrío, contento.

Irme era algo que movía mi suelo. Pero tampoco descartaba la idea. Aun tenía tiempo para decidirlo, hasta que se fuera, podían pasar muchas cosas.

Y vaya que pesaron.

Recuerdo que sucedió a mitad de año. Yo estaba haciendo la tarea en mi habitación cuando vi y escuché a varias patrullas de policías seguir derecho hasta la casa de él.

Bajé rápido las escaleras con el corazón en la boca. Mis padres estaban por subirse a la camioneta y así llegar más rápido, claro que yo los acompañé. Pero al llegar y enterarnos lo que sucedió quise que el tiempo retrocediera o que la vida, por obra de magia, hiciera desaparecer a todos los malos que viven mezclados entre los buenos.

A su padre lo esposaron y llevaron de inmediato para arrestarlo. Pero era injusto que él solo se fuera solo así cuando acaba de destruir todo.

Mi madre fue junto a los policías, preguntando qué había sucedido, ya que faltaban dos personas que todavía no veíamos. Estaba muy asustada, tenía miedo porque no lo encontraba por ningún lado.

La Luna No Brilla SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora