6 | Chaqueta de cuero

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Serena

—¡Vas a casarte!

Grite cuando mi amiga Taylor me dió la noticia. Éramos grandes amigas ya que nuestros padres eran socios y era inevitable que no nos topáramos en algún momento, así que fuimos inseparables desde niñas. Recordaba los viajes juntas, las pijamadas y unas cuantas escapadas en nuestra adolescencia.

— Estoy muy emocionada — confesó mostrándome su anillo.

Taylor me llamó para contarme que estaba en Beverly Hills y acepté su invitación por un café para darme la gran noticia. Estaba muy feliz por ella y Steve.

Me habló sobre la boda. Sería en uno de los hoteles más lujosos de todo California, asistiría la clase alta y ya había revistas mencionando que la boda sería el evento del año.

Compartía la emoción de mi amiga. Un matrimonio era algo complicado y más cuando eras una novia exigente como lo era Taylor. Ella era tan perfeccionista y meticulosa que temía por su organizadora de bodas.

— Quiero pedirte algo, Serena — dijo tomando mis manos entre las suyas.

— Lo que quieras — dije con toda seguridad.

— Eres como una hermana pequeña para mi y se que cuento contigo para todo — habló casi haciéndome llorar — ¿Serías mi dama de honor?

Chillé ante su pregunta. Unas cuantas lágrimas se escaparon por mis mejillas.

— ¡Por supuesto que si! — me levante abrazándola.

Ella me devolvió el abrazo contándome un poco de la organización.

— Tengo algo planeado, pero no he hablado con Mary sobre ello — Mary Whitehouse era su organizadora y una de las mejores en todo Beverly Hills — En la entrada a la iglesia quiero que entres junto a Liam y a las demás personas ya las tengo acomodadas, pero esperaré la opinión de Mary en el ensayo.

Asentí, Liam era su hermano mayor. La organización de la corte en la iglesia era algo sumamente importante para Taylor ya que ella quería que todo saliera perfecto.

Cambiamos de tema y por un momento pensé en pedirle que incluyera a Zack y que él estuviera junto a mi, ya que sabía que no le agradaría la idea de otro chico a mi lado, pero desistí de esa idea. No quería crear conflictos o agregarle más preocupaciones, ella tenía suficiente.

Me despedí de Taylor, pero nuestra charla se quedó en mi mente. El que una de mis mejores amigas ya estuviera comprometida me hizo pensar, estaba consciente de que aún era muy joven y no tenía por qué estar desesperada ya tenía un acuerdo matrimonial firmado, pero aún así comencé a meditar sobre el tema.

Siempre soñé con casarme. Desde pequeña, gracias a todas las películas románticas ya que me consideraba una romántica empedernida desde niña.
Soñaba con mi boda, amar a mi esposo, disfrutar de la vida en pareja y crear una familia. Estaba segura de que quería hacer todo eso, pero no se por que una incomodidad se instalaba en mi, como si me estuviera olvidando de algo.

No tuve el mejor ejemplo de mis padres como un matrimonio feliz, pero me juré hacer una buena elección, no quería hacer pasar a mis hijos por lo que yo pasé y menos sería una madre como la que yo tenía.

Conduje hasta mi casa y al llegar anoté en mi agenda la fecha del ensayo de bodas de Taylor, más bien, los días que ella me necesitaría. Ser su dama de honor abarcaba en ayudarla y acompañarla en muchas cosas y estaba contenta con ello.

Entre a casa escuchando voces y me sorprendió ver a Zack y a su familia en el salón con mis padres.

— ¡Aquí está! — exclamó la señora Eloy. Sonreí saludando a todos cortésmente.

Noches de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora