15 | Realidad

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Nate

Sentía mi brazo derecho entumido a la vez que el izquierdo descansaba sobre mis ojos debido a la luz que entraba por la ventana.

Sentía que la cabeza me iba a explotar y todo por culpa de los meseros tan acomedidos de la boda de Taylor. Esos chicos no dejaban de ofrecerme bebidas y por educación no negué ninguna.

Mi boca estaba seca, traté de moverme cuando sentí a alguien a mi lado.
Sonreí, pensaba que había tenido uno de esos sueños eroticos, pero parecía que fue una realidad. Me removí sacando mi brazo debajo del cuerpo de aquella chica, noté que ambos yacíamos desnudos en esa cama cuando ella comenzó a moverse.

Mierda.

Mierda. Mierda. Mierda.

Serena Brooks se removía en la cama. Su cabello estaba desordenado sobre la almohada y no pude evitar fijarme en los chupetones que yacían en su cuello. Despertó finalmente y me miró petrificada.

— Nate ¿Qué haces aquí? — habló adormilada. Se acomodó notando la desnudez de ambos mientras se cubría con la sábana — Dios. Dime qué... qué nosotros no.

Solo asentí tocándome las sienes. Sentía que iba a morirme en ese preciso momento cuando Serena me dio un fuerte golpe en el hombro.

— ¡Abusaste de mi! — gritó — Nate, sabía que eras una mierda, pero mira que abusar de mi es bajo hasta para ti.

Comenzó a decir un montón de tonterías sobre cómo no merecía seguir viviendo.

— ¡Voy a denunciarte! Estás acabado — me apunto con su dedo y ya me tenía harto así que tomé su muñeca.

— Cállate ¿Si? — musité muy cerca de su rostro — No abusé de ti.

— Claro que lo hiciste, voy a matarte cabrón — demasiado enojada, pero no me apetecía soportarla.

Me puse de pie colocándome los bóxers mostrándole mi espalda.

— Creo que las marcas de gata sobre mi espalda dicen que no abuse de ti.

Tenía la espalda llena de marcas de sus uñas y el recuerdo de lo qué pasó anoche estampado en mi mente.

Tomé sus mejillas saboreando sus dulces labios y sonreí sobre su boca al sentir como me correspondía.
Nos guié hasta la cama donde quedé encima de ella. Sin decir nada seguimos besándonos toque desde sus piernas hasta su vientre donde acaricie con delicadeza sus muslos.

Jadeó en mi boca al sentir mis dedos jugando con sus bragas. Comencé a besar su cuello y ella acarició mi nuca al compás de sus gemidos cuando acaricie su centro.

Ya se encontraba mojada y su rostro me dio pase libre a ir más allá. Inserté un dedo en su vagina admirando cómo se retorcía buscando placer.

Nate...mi nombre en sus labios se había vuelto mi sonido favorito.

Aceleré los movimiento de mi dedo desatando su orgasmo, ella cambió las posiciones colocándose sobre mi a horcajadas. Se desató besándome, le correspondí buscando a tientas el cierre de su vestido.

Sin decir nada nos volví a voltear besando de nuevo su cuello. Su olor me estaba volviendo loco, toque sus pechos cuando sentí que ella tocaba mi abdomen hasta llegar a...

— Esto no puede estar pasando — la voz de Serena me devolvió a la realidad. Ella tenía su cara sobre sus manos en un signo claro de preocupación.

Claro, ella mantenía una relación sentimental con Eloy y yo estaba disponible. Desconocía el por qué de los sucesos. Quizás el alcohol era el culpable o el que ella comenzara a atraerme. Mierda. El beso en medio de la boda ni siquiera lo había imaginado y fue demasiado excitante así que cuando ella entró al cuarto no pude contenerme.

Noches de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora