Serena
El menor de los Crawford me miraba sorprendido.
Mierda.
La puerta se había abierto y pensé que era Nate, no su hermano menor que me miraba pasmado frunciendo el ceño.
— ¡Hicieron pijamada y no me invitaron! — exclamó con un poco de molestia — Le diré a mamá.
— No. No. No. Luke, nosotros...— hablé apresuradamente, traté de detenerlo y explicar, pero fue muy tarde ya que la señora Crawford se encontraba en el pasillo con su hijo mayor detrás de ella.
Y yo con la camisa de su hijo y bragas.
¿Eso podía empeorar?
Tartamudeé tratando de decir nada en realidad.
— Luke, vamos a poner la mesa — Su madre le tendió la mano y él la tomó quejándose — Que ahora pondremos un plato más.
— ¡Mamá pero ellos hicieron pijamada sin mi! — Luke se quejó mientras iban a la cocina.
Me quedé sin palabras.
— Dios mío. Qué vergüenza, dame mi vestido y me iré — le dije a Nate tapando mi rostro con mis manos.
Sentía mi cara arder. Dios. Ahora la señora Crawford suponía o más bien sabía lo que hacía con su hijo, además me vió con su camisa puesta y ¡en bragas!
No podía ser posible. La señora Crawford podía ir y contarles a todos la clase de persona que yo era. Si ella quería podía arruinarme.
Carajo. Comencé a alterarme. Nerviosa entré de nuevo a la habitación de Nate buscando mis cosas. Tomé mis zapatos, mi bolso, mi sostén, solo faltaba mi vestido.
— Escuchaste a mi madre — se limitó a decir encogiéndose de hombros y yo fruncí el ceño.
— ¿Qué? Ahora ella sabe de esto cuando nadie debía... Nate, pídele a tu madre que no diga nada, por favor — casi le supliqué, me puse muy nerviosa — ¡Y por si fuera poco me vio en bragas y sin sostén!
Él por su parte me miraba embobado.
— Mi madre quiere que te quedes a cenar.
Dudé — ¿De verdad? Yo... no me malinterpretes, pero acaba de verme semidesnuda y no creo que ahora tenga un buen concepto sobre mi.
Mis inseguridades comenzaron a salir. No se por que en ese momento me importó la opinión de la señora Crawford, si bien ella siempre había sido muy agradable conmigo yo no creía que esa amabilidad continuara.
Meterme con un chico teniendo pareja decía mucho de mi. Era algo malo por supuesto y de seguro en ese momento en el que la madre de Nate ponía la mesa, pensaba en la mala persona que yo era.
La culpa me golpeó fuerte. Quizás necesitaba un golpe de realidad de esa magnitud para ya detenerme, quizá esto era una señal divina que me indicaba que tenía que acabar con la infidelidad y pedir perdón por mis pecados.
— De verdad — no noté que Nate tenía en sus manos mi vestido — Quédate, claro si quieres, pero harías muy feliz a Luke.
¿Solo a Luke? No pude evitar pensar.
Suspiré. No parecía una cena elegante en realidad. Todos estaban vestidos cómodamente y eso me intrigó. Después de tres segundos acepté y le pedí que saliera del cuarto para prepararme.
Solo me cambie. No tenía maquillaje ni como arreglarme como me gustaba hacerlo, pero hice el esfuerzo.
Eso tenía que salir bien.
ESTÁS LEYENDO
Noches de invierno
RomanceSerena Brooks es la definición de obediencia y tranquilidad. Siempre sigue las reglas y todo tiene que estar controlado a su alrededor, su debilidad en casa la a vuelto fuerte fuera de ella. Nate Crawford hace lo que le apetece, siempre siendo el c...