Nate
Estaba volviéndome loco.
De verdad, desde la boda de Taylor sentía que caía por un abismo.
La escuela me mantuvo ocupado durante esa semana lo cual estuvo bien aunque estuve hasta el tope de tareas, proyectos y trabajos sin mencionar que tuve que ayudarle a mi padre con papeleo de la empresa.¿La razón? Serena Brooks. No, este no era el momento en el que explicaba lo enamorado que me encontraba de ella, bueno aún no. Era el momento en el que explicaba como nuestro apasionado encuentro no me había dejado dormir en días.
Me costó una semana superar los sueños húmedos con Serena, me sentía liberado de aquello ya que si bien no me sentía irrespetuoso por profanarla en mi mente si no que por fin había salido de mi cabeza y tenía que admitir que no verla había ayudado.
Así que para no caer en la locura le pedí a Ryan que organizara una carrera, más bien, él terminó aceptando una propuesta de Joe para que yo compitiera con uno de sus chicos.
No me importaba quien fuera. Solo quería manejar. Necesitaba la adrenalina en mi cuerpo para volver a sentirme como antes y competir lograría eso.
Bajé de mi auto con las manos en los bolsillos de mi pantalón. El frío en Beverly Hills era horrible, pero eso no me detenía de ir a pasarla bien. No detenía a nadie.
Caminé un poco hasta visualizar el auto de Ryan donde ya se encontraban Andrew y su novia ahí. Los saludé no sin antes aceptar la cerveza que Ryan me tendió.
Tomé un trago sintiendo aún más aquel frío. Las personas estaban llegando. Era consciente de que se había esparcido el rumor de que sería una carrera entre uno de los chicos de Joe y yo, siempre que competíamos la Avenida se llenaba y los apostadores se volvían locos.
Encendí un cigarrillo buscando algo de calor, expulsé el humo a medida que veía el reloj, la hora se acercaba.
— Aquí vienen.
Escuché la voz de Priscila y mire hacia dónde ella veía. Gran error. La protagonista de mis últimos sueños se dirigía hacia nosotros luciendo como toda una chica de carreras, los jeans negros se ajustaban a sus largas piernas resaltando sus muslos, la blusa negra que portaba acentuaba su cintura y la forma de sus pechos, no se notaba tanto ya que portaba una chamarra de mezclilla, pero lo que me cautivó fueron sus ojos.
Los ojos de Serena me tenían intrigado ese azul con verde me parecía demasiado irreal.
Su aroma llegó a mi a medida que se acercaban y me maldije por disfrutar de su fragancia, la miré tres segundos en los que pude detallar la forma de sus labios los cuales hacían un puchero hacia su amiga y su postura. Claramente ella no quería estar ahí.Saludaron a todos y Serena no se separó de Grace, me dedicó una corta mirada y reprimió una sonrisa, para después ignorarme.
Mal momento para pensar en lo que habíamos hecho. Mi subconsciente me estaba llevando al infierno, pues mientras ella hablaba con sus amigas y los chicos yo me desconecté de todo y comencé a recordar.
Recordé la forma en que me besó. La forma de sus labios. Rememoré su tacto por mi cuerpo y mis manos comenzaron a cosquillear por querer tocarla recordando su suave piel bajo mi tacto.
Mierda.
El calor ya había llegado a mi así que pise mi cigarrillo y sin decir nada me aparté. Tenía cosas más importantes en las cuales pensar y debía mantenerme concentrado.
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Noches de invierno
RomansaSerena Brooks es la definición de obediencia y tranquilidad. Siempre sigue las reglas y todo tiene que estar controlado a su alrededor, su debilidad en casa la a vuelto fuerte fuera de ella. Nate Crawford hace lo que le apetece, siempre siendo el c...