9 | Héroe

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Nate

Di un golpe al saco frente a mi. Seguido de otro y otro. Otro. Otro.

Necesitaba dejar de pensar. Me encontraba en un ciclo sinfín en donde solo podía pensar en el idiota de Joe y sus amenazas. Joe había vuelto a comunicarse conmigo pidiendo lo mismo de siempre y como de costumbre lo ignoré. Ignorarlo no se había vuelto fácil por qué eso lo motivaba a seguir jodiendo.

Y como yo no estaba dispuesto a dejar las carreras sabía que sus propuestas no cesarían.

Golpee de nuevo el saco y desvíe mi mirada a Ryan quien corría muy sonriente en la caminadora. Había pasado las últimas dos horas hablándome de su cita con Grace, estaba muy contento y me alegraba por él. En ese entonces todo mundo estaba enamorándose a mi alrededor, Andrew y su nueva novia, Taylor con su prometido y mi mejor amigo con Grace.

Recordando a Taylor hice una nota mental para llamarla después del gimnasio. Había dicho que quería hablar conmigo y estaba ansioso por eso, no sabía su motivo, pero por mi mente pasó que quizás la razón por la cual iba a reprenderme (qué era lo más seguro) estaría relacionada con cierta castaña.

Recordé el "trato" que hice hace días con Serena. Al principio me pareció una ridiculez, ambos éramos adultos, ambos teníamos veintidós años, ambos podíamos comportarnos, pero al meditarlo también pensé en que no podíamos pasar tres segundos sin insultarnos diciendo algo sarcástico sobre el otro y la cara de Taylor frustrada el día del almuerzo inundó mi mente. Ese día la futura novia parecía dolida sobre este asunto y terminé aceptando el trato.

Terminé mi rutina despidiéndome de Ryan, estábamos en el gimnasio de su casa así que terminó echándome de ahí por qué vería a Grace en un rato.

Su cita había ido bien. La llevó a su restaurante favorito y como todo el caballero que es, omitió los detalles sucios.

Subí a mi auto dirigiéndome a casa. Le había prometido a mamá ir a cenar, no estaba muy de humor para tolerar a mi padre pero no quedó de otra.

Llegué en silencio, curiosamente nadie se percató de mi llegada y subí a la que era mi antigua habitación. Me duché y cambié rápidamente para bajar y así saludar a todos.

— ¡Nate! — Luke salto del sofá y llegó hasta mi — ¿Hace cuanto llegaste?

— Hace un rato — despeiné su cabello. Su piel ya estaba mejor aunque aún había pequeños retazos rojos en ella y mi hermano le juró a Taylor que se le quitarían para poder participar el día de su boda — ¿Dónde está mamá?

— Creo que está hablando con papá en su estudio — miro la televisión de nuevo — ¡Mamá me ha comprado un nuevo juego! ¿Jugamos?

— Si, voy en un rato — respondí. Él volvió al sofá y yo fui al estudio.

Estaba por tocar cuando escuché sus voces.

— No puedes hacer eso — Escuche que mi madre dijo.

— ¿Por qué no? Jill — Papá habló con un tono de voz fuerte — La asociación va bien, pero tenemos que volver a negociar las ganancias.

— Si, pero esto... lo que pides en aumento es demasiado — Mamá habló logrando confundirme — No necesitamos ese dinero.

— No me entiendes, esto es para el futuro. Necesitamos ganar, aumentar las ganancias para... — Papá hablaba demasiado rápido sonaba ansioso.

Noches de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora