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Regulus despierta en una habitación que no es la suya, no es su habitación, no es un hotel ¿donde está?

En su teléfono marca que son las 3:55 AM.

"Mierda" piensa "¡me secuestraron!" se sienta de golpe y prende su linterna.

Camina fuera de la habitación, sigue sin reconocer la casa.

-Sí, abue- escucha la voz de James- gracias por llamar- bosteza, Regulus se siente reconfortado de estar con alguien que conoce, busca su voz, sigue la voz de Potter- claro, les daré tus saludos, también te quiero.

-Ey- llama Regulus una vez que James corta el teléfono.

-Reg, despertaste.

-¿Donde estoy? ¿qué hago aquí?

-Te quedaste dormido sobre mi.

-¡¿Me dormí sobre ti?! ¡qué verguenza!, perdón.

-No pasa nada, estabas muy cansado así que no tuve el corazón para despertarte.

-¿Me trajiste dormido? ¿desde el aeropuerto?

-Sí, bueno. Quizá haya algunas imágenes de eso en internet.

-¡No! alimentamos el ship.

-¿Qué ship?

-Nos crearon un ship.

-Oh- toma de su taza- no sabía. ¿Tienes hambre?

-Quiero volver a mi departamento.

-Bien- bosteza cansado, Regulus ve sus ojeras prominentes- te llevo.

-No, espera- toma su brazo- mírate, estás horrible.

-Reg tengo mucho sueño como para arreglarme solo para llevarte, conformate con un James sin camisa, a medio dormir y con el cabello despeinado- sonrie divertido.

-Me quedaré, no quiero que choques.

-¡No chocaré! soy piloto de fórmula 1, por dios.

-Por eso lo digo, que te veo correr.

-Eres malvado, ¿tienes hambre?

-Realmente sí pero diré que no para ser cortés en casa ajena.

-Mi casa es tu casa- responde divertido- te calentaré la cena.

-¿Qué cenaron?- pregunta Regulus siguiéndolo.

-Pastas caseras- responde abriendo la heladera.

-¡Que rico! hace mucho que no como pastas.

-¿Por?

-No está en mi dieta.

-Regulus ni el aire está en tu dieta- sonrie divertido.

-Soy muy estricto con mi dieta.

-¿Tú o tu madre?- esto lo deja callado, no se lo esperaba- lo siento, no quise. Debes tener mucha hambre- pone el plato de fideos en el microondas- solo comiste dos donas en todo el día.

-Estaban muy ricas, gracias por eso. Y por ayudarme con el accidente. 

-No fue nada- responde mirándolo a los ojos.

-Si fue, perdiste la pole.

-Tu también.

-Pero yo choqué.

-No iba a dejarte ahí tirado.

-Habían paramédicos.

-No confió en los paramédicos.

-Eres muy desconfiado.

-Sobreprotector, cariño- responde inclinándose hacia él.

Fórmula 1//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora