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Regulus retrocede nervioso, el microondas suena.

-Bien- suspira- a comer- deja el plato en la mesa, Black se sienta a comer-  ¿cómo te sientes?

-Bien, solo tengo un par de moretones.

-¿Moretones?

-Sí.

-Oh, ¿quieres que compremos alguna crema o algo para eso?

-No, déjalo, ya se irán.

-¿Sueles tener moretones?

-Cuando hago enfadar a madre- responde inconscientemente-digo... yo... no.

-Reg, puedo ayudarte.

-No quiero ayuda, estoy bien. Tengo todo lo que quiero, ¡hasta una escudería!

-Pero no tienes amor- responde suavemente tomando su mano- eso falta- besa sus nudillos con delicadeza, formando mariposas en el estómago de Regulus.

-Yo...- retira su mano- tengo a Remus, mi mejor amigo- James asiente y se levanta de la silla- espera ¿a dónde vas? 

-A la cama.

-No me dejes, me da verguenza ¿y si alguien baja

-Saben que estás aquí.

-Pero James...

-Tengo sueño, Reggie, tu llevas diez horas durmiendo, yo dormí un poco en el viaje y luego cuando estaba durmiendo me llamó mi abuela.

-¿Tan tarde?

-Ella está- bosteza- en el caribe de vacaciones, son horarios diferentes. Voy a la cama ¿si?

-Voy contigo.

-¿Quieres meterte en mi cama?- pregunta coqueto, elevando una ceja.

-¡No! no, no, no, no, no- suspira nervioso- no quiero quedarme solo. Tu casa es enorme y la oscuridad no es mi mejor amiga.

-Bien, te esperaré.

-Gracias, que amable.

James asiente y se acuesta sobre sus brazos, esperando a que Regulus termine de cenar.

[...]

-Buenos días- saluda James bajando las escaleras, sus padres desayunan sentados en el sillón, charlando de temas random.

-Hola cariño- saluda Mont.

-¿Dormiste bien, Jay?

-Sí, pa, gracias, ¿ustedes?

-También.

-Se nota- señala el cuello de Fleamont, tirándose en el sillón frente a sus padres.

-Los escuchamos a la noche ¿pasó algo?

-Regulus tenía hambre, calenté comida para él.

-Me imagino, pobrecito debía estar muy cansado de la carrera.

-Ajá- responde James estirándose para servirse café- ¿Sirius?

-Durmiendo, ¿donde va a estar?- responde Alphard divertido.

-Iremos al campo de los abuelos hoy, debemos ver a sus animales.

-¿A qué hora?

-Al mediodía.

-Voy, llevaré a Regulus a casa, supongo. Aunque no creo que le guste mucho su hogar.

-James- llama Regulus desde la escalera- buenos días- saluda a los Potter.

-Buenos días, Regulus- responde el matrimonio al unísono.

-¿Sí, lindo?

-¿Subes?- llama, Potter olvida su café y su tostada y sigue órdenes.

Alphard y Fleamont se miran divertidos.

-¿Sí?- pregunta James llegando a su lado.

-¿Puedo bañarme?- pregunta avergonzado.

James suelta una carcajada.

-Claro, Reggie ¿por qué no podrías bañarte?- Black se encoge de hombros- ven, te mostraré como funciona la ducha- extiende su mano, Regulus la mira antes de tomarla.

[...]

-Entonces escuché un golpe, y otro, y otro más. Peter me informó la situación.

-Que susto- suspira Alphard- ¡imaginate si te pasaba a ti! debes dejar de correr.

-No dejaré de correr, papá- responde comiendo de su tostada.

-Buenos días- saluda Regulus bajando las escaleras.

-Buenos días, nuevamente, Regulus- saluda Mont.

-Oh, ya saludé, lo siento.

-Sin problema, Reg, ¿qué quieres de desayunar?- pregunta Alphard.

-No, yo... ¿Por qué comen en la sala?

-Porque es más cómodo- responde Fleamont.

-Oh, no creí que se pudiera. ¿Cuáles son las reglas de su casa?

-No fiestas sin consultar, no orgías ni manejar dentro de la casa.

-¿Quien manejaría dentro?- obvia la parte de "orgías" aunque tiene curiosidad del por qué.

-Sirius- responde James, hablando por primera vez.

-Oh...

-Y la segunda regla fue gracias a Remus y Sirius- menciona James, casi leyendo sus pensamientos- no fue una orgía pero parecía.

-Sexo en las habitaciones, no necesitamos ver eso- explica Alphard, Regulus toma un color rojo intenso, no suele hablar del sexo, menos con personas mayores, ¡¿como es que los Potter hablan de esto como si fuese natural hablarlo con tus padres?! 

-Siéntate, desayuna.

-Puedo desayunar en casa, ¿me llevas, James?

-¿Ya quieres irte? desayuna.

-Bien- Regulus mira la comida durante cinco minutos, esperando que los adultos le den el permiso.

-¿Qué haces, lindo?- pregunta James terminando su tostada con queso.

-Espero que los señores comiencen a comer o me den permiso- susurra.

-Nosotros ya desayunamos, y no necesitas permiso, come Regulus.

-¿Quieres un pancake?- pregunta James, sabe que si no le sirve él no lo hará.

-¿Y si se ensucia algo por comer aquí?- pregunta atemorizado, la alfombra es hermosa y el sillón blanco.

-Se limpia- responde Alphard con simpleza.

-Claro, es parte el castigo- concluye.

-No, aquí no hay castigos.

-¿Sin castigos? ¿y cómo aprenden?

-Explicando, si James ensucia él limpia, si no puede sacar la mancha lo hará un profesional luego.

-Eso se evitaría comiendo en la mesa, ¿no cree señor? así conservarían sus muebles relucientes.

-Las cosas están para usar, no están de decoración- explica Alph.

Regulus frunce el ceño confundido.

-Come, Reg- pide James- debes tener hambre.

-No, gracias- se retracta, el miedo que crearon en casa es más grande que los lindos ojos de James.

-Vamos- extiende su mano parándose.

-¿A donde?

-A desayunar a la barra de desayuno.

-Pero no tienes qué, puedo esperar...

-No, vamos.

"Que verguenza" piensa Regulus "debo de dejar de ser caprichoso" pero es algo que no puede controlar, no su ansiedad por hacer las cosas mal y que terminen golpeándolo.

-Estás bien- afirma James acariciando su cintura, está sentado a su lado, ni siquiera notó cuando se sentó- nadie te hará daño a menos que seas sadomasoquista- bromea sacándole una sonrisa.

Fórmula 1//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora