El príncipe del invierno - Jon Nieve

34. Viejos y nuevos amigos.

Sansa discutía con Brienne mientras Amara preparaba a los niños para marchar. Al parecer Brienne se negaba a dejar a Sansa para ir a Aguasdulces. Terminada su discusión se acercó a Amara.

- Irá, es una mujer leal.

- Bien.

Jon se acercó a ellas, las miró a ambas y a los niños y sonrió.

- ¿Ropa nueva?

Jon observo el vestido gris de su hermana con el huargos de los Stark bordado en el pecho, la ropa de los niños eran marrón oscura como la que llevaban de niños en Invernalia y también tenían lobos bordados. El Vestido de Amara era un color rojo muy oscuro, el color de los Glover, pero contaba con bordados de lobos blancos.

- Los han hecho mamá y tía Sansa, ¿Te gustan? - preguntó Cregan entusiasmado, también llevaba una pequeña espada de madera con la empuñadura aguamarina, la de su hermana llevaba la empuñadura añil.

- Si... Me gustan los lobos. - Jon sonrió.

- Bien, porque, hicimos esto para ti.

Sansa le entregó una capa con el el sello de los Stark.

- Es como el que llevaba padre, por lo que puedo recordar.

- Gracias.

Sansa se retiró, Ed se acercó a ellos.

- Buen viaje Lady Amara, niños.

Jon se colocó la capa nueva.

- No la líes en mi ausencia.

- Haré lo que pueda.

Ambos rieron y se abrazaron. Amara cogió a los niños de los hombros.

- Buena suerte. - se despidió Ed.

Amara subió sobre Duncan y ayudó a subir a Cregan junto a ella. Luego Jon subió a su caballo junto a Johanna. Sansa iba también a su lado. Briar y Delilah les seguían, junto a Davos, la Mujer Roja, Tormund y Druna. Los guerreros cerraban la comitiva a pie. Las puertas del Castillo Negro se cerraron tras ellos.

...

Primero, el grupo se unió con los jefes de los clanes en la fortaleza del Escudo de Roble. Los jefes no estaban muy convencidos de las intenciones de Jon.

- Dijimos que lucharíamos junto a vos, Rey Cuervo, cuando llegara el momento, y éramos sinceros. Pero esto no era lo que acordamos. No son caminantes blancos, no es un ejército de muertos, está no es nuestra lucha.

- De no ser por él, no estarías aquí, todos habríais engrosado las huestes del rey de la noche y yo sería una pila de huesos calcinados como Mance. - intervino Tormund.

- ¿Recordáis el campamento de Mance? Se extendía hasta el horizonte y miradnos ahora, mirad los que quedamos. Y si perdemos esto, desapareceremos. Docenas de tribus, cientos de generaciones, será como nunca hubiéramos existido. Seremos los últimos del pueblo libre.

- Es lo que os pasará si perdemos. Los Bolton, los Karstark, los Umber. Saben que estáis aquí. Saben que más de la mitad sois mujeres y niños. Cuando acaben conmigo irán a por vosotros. - dijo Jon.

- Tenéis razón, está no es vuestra lucha. No deberíais acompañarnos a Invernalia, no deberíamos pedirdo. Ese no era el trato, pero os necesitamos para derrotarlos, solo derrotándolos sobreviviremos todos, los Bolton no pararan hasta exterminaros. Por otra parte, si ponemos a los Stark de vuelta en Invernalia, podréis vivir en paz. Las tierras de los traidores quedarán vacías, buenas tierras para el Pueblo Libre.

Amara hablo con seguridad, mirando a los ojos de los jefes, estos se miraron entre sí.

- El rey Cuervo nos arrastra a la batalla, la reina Cuervo nos ofrece ser vasallos.