18. En mil pedazos

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Amara fue convocada en la biblioteca en lugar de en el patio, no lo entendía, todos se preparaban para marchar en pocos minutos. La chica entró en la biblioteca seguida de Garett y de Didi. Allí la esperaban su abuela, su tío y su padre.

- Siéntate Amara. - su padre le ordenó.

- Creía que partiríais junto con el cortejo real.

- No. Partiremos mañana, hacia el Bastión de Kar. Tú nos acompañarás.

Amara estaba confundida, miró a su tío este agachó la cabeza, luego a su abuela. Nada.

- No... No lo entiendo padre.

- Es simple, en una semana, te casarás con Harrion Karstark.

Amara sintió que el suelo bajo sus pies se desprendía, su rostro palideció y entró en pánico.

- Tío, ¿estas de acuerdo con esto?

- Amara yo...

Como un animal acorralado, el miedo dio paso a la agresividad. Amara se levanto y dió un golpe en la mesa.

- ¡Responde maldita sea!

La bofetada de su padre fue la último que sintió antes de caer al suelo. El labio le sangraba. Su abuela gritó y su tío fue en su ayuda.

- ¡Déjala! - Robett paró a su hermano. - Tiene lo que se merece.

Amara lo miró con odio desde el suelo, Garett la puso en pie.

- No me casaré con Harrion.

Su padre rió amargamente.

- Si que lo harás, si quieres que tu hermoso bastardo conserve la cabeza.

La Glover palideció.

- ¿Que has hecho? !¿Que has hecho?!

- Lo necesario. El bastardo está en este momento camino al Muro y tú te casarás con un hombre de verdad.

Su corazón se partió en mil pedazos, miró hacia la ventana, las trompetas anunciaban el inicio de la marcha. Amara quiso correr hacia el patio, no podía dejar que se fuera.

- ¡Sujétala! - le gritó su padre a Garett.

El joven caballero la agarró de los brazos, mientras la chica se resistía y gritaba.

- Perdone Lady Glover.

- ¡Mírate! Te comportas como una cualquiera, eso es lo que eres, hazte un favor y deja de avergonzarte a ti misma. Garett, enciérrala.

Dicho esto, Lord Glover salió de la biblioteca, dejando a su hija en los brazos de Garett. Cuando su padre salió, se derrumbó y comenzó a llorar. Su tío y su abuela permanecieron en silencio.

Amara lo tenía claro, ambos tenían que cumplir el pacto o Jon moriría.

...

Un par de horas antes.

Jon afilaba las espadas mientras charlaba con Theon.

- Mañana saldré con Robb, debe visitar un par de granjas. ¿Podrás apañárselas aquí? - le preguntó Jon.

- Sí, no hay mucho que hacer, por desgracia. Luwin y Amara vigilaran a Lady Stark, cualquier noticia, mandaré un jinete.

- Bien.

Lord Eddard se acercó a ellos.

- Theon, necesito hablar con Jon.

- Por supuesto, Lord Stark.

Theon se retiró y Ned Stark se acercó a Jon. No sabía cómo decírselo así que prefirió ser directo.

- Jon. Partes con nosotros. Irás con tu tío al Castillo Negro.

El príncipe del invierno - Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora