39. La batalla de los bastardos

246 24 0
                                    

Los hombres formaban en el campo, los estandartes ondeaban al viento y Jon estaba a la cabeza de su ejército. En ese momento era claramente visible la diferencia en número. Amara respiró hondo. El olor nauseabundo a carne quemada les irritó la nariz. En el centro del campo, Ramsay había situado cadáveres desollados a los que había prendido fuego.

- Encantador. - bufó Sansa.

Amara la miró, su tono irónico solo escondía su temor.

De repente, las filas Bolton se abrieron y entre los soldados apareció Ramsey montado a caballo, en sus manos una cuerda que arrastraba a un muchacho. Bajó del caballo y arrastró al chico hasta el centro del campo.

- ¡Rickon! - Amara musitó.

Sansa se revolvió en su montura. Ramsay sacó una daga y ambas aguantaron la respiración. Amara vió como Jon bajaba de su caballo. "Vuelve maldito idiota." Pensó. Todos temieron lo peor pero Ramsay solo cortó las ataduras de Rickon. Entonces, Ramsay empujó al pequeño que comenzó a caminar. Sansa y Amara se miraron confusas hasta que Ramsay cogió su arco. Entonces Sansa gritó.

- ¡Corre Rickon! ¡Corre!

Amara se congeló donde estaba, Rickon comenzó a correr como si hubiera escuchado a su hermana y Jon corrió a su caballo.

El corazón de Amara corría desenfrenado en su pecho, amenazando con explotar mientras el pequeño Stark corría por su vida mientras Ramsay le disparaba flechas. Sansa estaba pálida y muda contemplando la escena. Amara rezaba a todos los dioses antiguos y nuevos para que le dieran fuerzas a las patas del caballo de Jon. Cada vez estaba más cerca, casi lo tenía. Entonces Rickon cayó. Una flecha atravesando su pecho. El mundo se congeló. Y Jon paró su caballo frente a él.

Y Amara lo vió. Vió el fuego del dragón. Esa llama que se econdia en el interior de Jon y que fue avivada por su sangre hasta convertirse en un incendio arrasador. La sangre de Maegor y de Daemon, la de Visenya. Nada podría pararlo.

- No, no... ¡No! - gritó Sansa.

Los ejércitos se agitaron. Los Bolton apuntaron sus arcos hacia Jon que comenzó a cabalgar solo contra todos ellos. Los Bolton dispararon y el ejército norteño cargó tras Jon.

Una lluvia de flechas caía sobre él mientras cabalgaba hacía Ramsay, hasta que una flecha golpeó a su caballo que cayó lanzando a Jon por los aire. Amara soltó un grito ahogado. Pudo ver a Harrison sonriendo desde su montura junto a Ramsay.

Jon se levantó del suelo y el ejército de Ramsay se dispuso a cargar contra él.

- Sal de ahí maldita sea. - murmuró Sansa.

Amara no decía nada, solo observaba como un muro de caballos se aproximaba hacia Jon al galope. De pronto, los ejércitos chocaron y Jon desapareció. La batalla avanzaba, las ropas luchaban, Amara sentía que el corazón le había dejado de latir. Cuando cayó en la cuenta de lo que pasaba también su respiración se paro.

El ejército Bolton estaba rodeando a los norteños, encerrándolos en un muro de escudos. No había salvación. Amara reaccionó.

- ¿Los caballeros del Valle? - Amara suplicó a Sansa.

Sansa negó entre lágrimas.

Amara no lo dudó, espoleó su caballo colina abajo.

- ¡Sígueme!

La pelirroja no lo dudo mucho dadas las circuntancias y la siguió al galope.

***

Amara y Sansa alcanzaron el campamento al galope, el estruendo de los cascos de los caballos sobresaltaron a los guardias que custodiaban la tienda donde estaban los mellizos.

El príncipe del invierno - Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora