24. Hasta el fin del mundo.

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- Atravesaremos el bosque, no hay peligro para nosotros allí.

Garett asintió, el bosque los separaba del Muro, luego deberían bordear la bahía de las focas, era más peligroso pero ganarían ventaja en el bosque. Si jugaban bien sus cartas, puede que no notarán su ausencia hasta la mañana.

- Sí algo sale mal, ¿Nos protegerán en campo abierto?

Delilah lanzó la pregunta al aire, realmente no esperaba respuesta.

- Si. - contestó Johanna decidida.

Esa niña había nacido para la guerra.

...

La noche llegó, Theon les dió aviso de que era seguro y los coló por los pasadizos que utilizaban los criados para no ser vistos. Los caballos estaban preparados junto al bosque, Duncan la esperaba con la espada que le dió Jon en su montura.

- Dejé los caballos donde dijiste. Tened cuidado. - Theon se había armado de valor y la miraba a los ojos.

Theon miró a los niños, algo parecido a una risa se escapó de sus labios. Revolvió el pelo rizado de Cregan.

- Siempre me dio envidia este pelo. - luego miró a Johanna. - Y también esa mirada.

Amara le dedicó una sonrisa sincera.

- Gracias Theon.

Amy y Didi lo abrazaron y este volvió al interior del castillo con lágrimas en sus ojos. Aquel joven arrogante ahora solo era un fantasma.

***

Deberían ir a pie hasta una cabaña al borde del bosque. Garrett cargaba a los niños por la nieve. Una vez encontrados los caballos, Cregan subió con Didi y Johanna con Amy. Espolearon sus caballos y entraron al galope al bosque.

Los niños se escondían del frío bajo las capas de las mujeres mientras los caballos galopaban sobre la nieve. Garett iba detrás de ellas cerrando el grupo. Podían oír el crujir de los árboles sobre ellos, los dragones les seguían. De pronto dejaron de oírlos.

- ¡Jinetes! - gritó Garett.

- ¡Seguid! ¡No llegarán lejos! - Amara gritó.

Y no lo hicieron, del grupo de diez hombres no quedó nadie, en el Bastión dieron por muertos también a la esposa y los hijos del señor. Sin cuerpos, sin sangre, lo que se los llevó no dejo rastro.

***
Los caballos no pararon en toda la noche, los niños dormían se aferraban a las muchachas que les daban palabras de ánimo. Ya amanecía cuando el grupo salió del bosque sin nadie persiguiéndolos. Podían respirar por un minuto.

Amara paró su caballo y hablo a Delilah y Garrett.

- No os arrastraré conmigo.

- No te dejaré, te debo la vida. - Didi habló.

- Mi señora, juré serviros.

- Y lo has hecho Garett, ahora sírveme de otra forma, mi tío, está preso, encuéntralo y libéralo.

Lord Glover se mantuvo fiel a Robb hasta el final. Eso le costó la libertad, quizás la vida, pero Amara se negaba a aceptarlo.

- Pero Amara...

- Encuentra a mi tío... Dile que lo perdono. El Muro no es lugar para ti.

Miró con ternura al caballero, lo conocía desde hacía años, tan leal y noble. No lo arrastraría al fin del mundo con ella, no lo merecía, confiaba en él y sabía que encontraría a Lord Glover.

- Es una orden. - Sentenció Amara seria, a pesar de que deseaba romper en llanto.

El caballero asintió, y espoleó su caballo, rumbo a cumplir con las órdenes de su señora.

El príncipe del invierno - Jon NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora