21 | Defecto fatídico

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Cede: 19 de Junio, 2010. Monte del Diablo, California, E.U.A.


El Héroe Perdido (19) [CENIT DEL SOLSTICIO]


Pedir prestado el helicóptero fue fácil. Conseguir que el padre de Piper subiera a bordo, no.

Piper sólo necesitó unos segundos de conversación a través del megáfono improvisado de Leo para convencer a la piloto de que aterrizara en la montaña. El helicóptero del Servicio de Parques era lo bastante grande para evacuaciones médicas o búsquedas y rescates, y cuando Piper le dijo a la amable piloto que sería buena idea llevarlos al aeropuerto de Oakland, la mujer accedió de buena gana.

Alicia convenció a Jason de juntos recoger los pedazos de oro imperial que quedaron alrededor. 

- No creo que mi espada tenga solución, Al. 

- Tú confía. Tengo una idea en mente. 

Cuando todos se disponían a partir, tuvieron problemas. 

- No - murmuró el padre de Piper, cuando lo levantaron del suelo -. Piper, ¿qué...? Había monstruos... había monstruos.

Necesitó que Leo y Jason la ayudaran a moverlo, mientras el entrenador Hedge y Alicia recogían sus provisiones. Afortunadamente, Hedge se volvió a poner los pantalones y los zapatos, de modo que Piper no tuvo que dar explicaciones por las patas de cabra.

Alicia no era adivino, pero había prendido a conocer a Piper y sabía que le partía el corazón ver a su padre así, al límite, llorando como un niño. Ninguno sabía exactamente lo que le hizo el gigante, cómo los monstruos quebrantaron su espíritu, pero no creían que pudiera soportar averiguarlo.

- Todo está bien, papá - la escucharon decir, adoptando el tono de voz más tranquilizador posible. Ella no quería embrujahablar a su propio padre, pero parecía la única forma -. Estas personas son mis amigos. Te vamos a ayudar. Ya estamos a salvo.

Él parpadeó y miró los rotores del helicóptero.

- Hélices. Una máquina con muchas hélices. Con seis brazos...

Cuando lo llevaron hasta las puertas, la piloto se acercó a ayudar.

- ¿Qué le pasa? - preguntó.

- Inhalación de humo - propuso Jason -. O agotamiento por calor.

- Deberíamos llevarlo a un hospital - dijo la piloto.

- No pasa nada - aseguró Piper -. El aeropuerto está bien.

- Sí, el aeropuerto está bien - respondió la piloto inmediatamente. A continuación frunció el entrecejo, como si no estuviera segura de por qué cambió de opinión -. ¿No es Tristan McLean, la estrella de cine?

- No - contestó Piper -. Sólo se parece a él. Olvídelo.

- Sí - dijo la piloto -. Solo se parece a él. Yo... - parpadeó, confundida -. No me acuerdo de lo que decía. Pongámonos en marcha.

El canto del Sol | Jason GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora