17 | Hilo invisible

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Cede: 18 de Junio, 2010. Pikes Peak, Colorado, E.U.A.


El Héroe Perdido (15) [SOLSTICIO]


- Yo suelo soñar con aquella vez en la que quisiste comerte una engrapadora y te hiciste esa cicatriz - murmuró melancólica la cazadora. 

A Alicia siempre se le había hecho interesante esa cicatriz en el labio del chico. Nunca le había preguntado a Jason por ella porque sabía que no podría recordar una respuesta, pero siempre creyó que sería de alguna batalla en su vida pasada. 

Ahora, quería morirse de ternura pensando que un bebé rubio de ojos azules había intentado comerse un engrapadora. 

Hedge asintió comprensivo.  

- Sí, las grapas son una buena fuente de hierro... 

Una loba blanca entró y ladró. 

Thalia asintió con la cabeza y luego se dirigió a ellos. 

- No tengo mucho tiempo antes de que pierda el rastro de mis cazadoras, pero sentémonos, debemos hablar. 

Hicieron un círculo ahí donde había estado la fogata momentos antes. Alicia había quedado entre Leo y Jason, pero Thalia la llamó. 

- ¿Qué haces con el cabello suelto?

Alicia sonrió disculpándose y Thalia le dio una mirada reprobatoria. 

- Ven aquí - le ordenó -. ¿Cuántas veces te he dicho lo importante que es tener el cabello amarrado en las misiones? ¡Los mechones estorban en la vista! Nunca sabes en que momento entrarás en combate... 

Alicia arremedó a Thalia, pero aún así, caminó hasta ella y se sentó a su lado. La cazadora empezó a desenredarle el cabello con los dedos para hacerle una trenza. 

Jason las observaba aún sin digerir lo que sus ojos veían: la chica con la que sentía una extraña conexión era mejor amiga de la hermana que perdió hace muchos años. Sí, nadie te prepara para cosas así. 

- No puedo creerlo - siguió Thalia mirando a Jason mientras trabajaba -. ¿Cómo es que estás vivo?

- No recuerdo nada - le hizo saber Jason -. Aparecí en un autobús hace unos días sin memoria. Tengo atisbos confusos del pasado, pero nada más. 

- Bueno, será mejor que me cuenten lo que saben - murmuró Thalia mientras terminaba de trenzar a Alicia -. ¿Dónde tienes tu liga, Al?

La hija de Apolo se inspeccionó las muñecas pero no vio nada. Jason intervino. 

- Eh... Yo la tengo. 

El rubio se quitó la banda elástica de la canilla y se la extendió a Thalia. Ella lo observó inquisitivamente, pero le agradeció y la tomó. 

A la lugarteniente de Artemisa no se le escapó el sonrojo que su hermano perdido y su mejor amiga tenían en las mejillas. 

Después, le contaron todo lo que sabían. Se turnaban para hablar y Alicia escribía algo de vez en cuando en su libreta. Thalia, al ser cazadora, nunca había tenido oportunidad de aprender lenguaje de señas. Le hablaron sobre su misión: la profecía que Jason recitó en el campamento, la cual Alicia convino que era la Segunda Gran profecía; el encarcelamiento de Hera, el secuestro del papá de Piper por parte del gigante y la fecha del solsticio.   

El canto del Sol | Jason GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora