Cede: 17 de Junio, 2010. Detroit, E.U.A.
El Héroe Perdido (7)
Leo estaba frente a las puertas mientras intentaba regular su respiración. Alicia aún tenía la voz de la Mujer de Tierra resonando en sus oídos. 'Porfirio' había dicho: el Rey de los Gigantes. Ella tenía una creciente ansiedad en su pecho dándose cuenta de quién era, y también estaba la cuestión de Leo y su madre, pero ahora le cernía otro asunto.
Colocó una mano en el hombro del moreno.
- Vamos.
Entraron y nada parecía distinto. La grisácea luz matutina se filtraba por el agujero del techo. Unos cuantos focos parpadeaban, pero la mayor parte del suelo de la fábrica seguía entre tinieblas. Distinguieron el puente en lo alto, las siluetas tenues de la maquinaria pesada a lo largo de la cadena de montaje, pero ningún movimiento ni rastro de sus compañeros.
Alicia estuvo a punto de pedirle a Leo gritar sus nombres, pero algo hizo que se detuviera: una sensación que no podía identificar. Entonces se dio cuenta de que era un olor. Algo olía mal, como aceite para motores ardiendo y aliento agrio.
Algo que no era humano estaba dentro de la fábrica, estaban seguros de ello. Sus cuerpos se pusieron en tensión, con todos los nervios vibrando.
En algún lugar de la planta baja de la fábrica, Piper gritó
- ¡Ayuda!
¿Cómo gorgonas pudo bajar el puente con el tobillo roto?
Se adentraron sigilosamente y se escondieron detrás de un contenedor de carga. Poco a poco, Alicia comenzó a dirigirse al centro de la bodega con las dagas en ristre y Leo pisándole los talones aferrando su martillo. Mientras lo hacían, iban ocultándose detrás de las cajas y de la carrocería de camiones huecos. Finalmente, llegaron a la cadena de montaje. Se agacharon detrás de la máquina que tenían más cerca: una grúa con un brazo robótico.
La voz de Piper volvió a gritar.
- ¿Chicos?
Esta vez, menos segura pero muy próxima.
Alicia echó una ojeada alrededor de la maquinaria. Colgando justo encima de la cadena de montaje, suspendido por una cadena de una grúa en el otro lado, había un enorme motor de camión pendiendo a diez metros de altura, como si se hubiera quedado allí cuando se abandonó la fábrica. Debajo de él, en la cinta transportadora, estaba la carrocería de un camión y, apiñadas en torno a él, tres sombras oscuras del tamaño de carretillas elevadoras. Cerca de ahí, colgando de cadenas en otros dos bazos robóticos, habían dos formas más pequeñas: tal vez más motores, pero uno de ellos gritaba como si estuviera vivo.
Entonces una de las carretillas se levantó, y los semidioses se dieron cuenta de que era un humanoide de enorme tamaño.
- Te dije que no era nada - rugió aquella cosa.
Su voz era demasiado profunda y salvaje para ser humana.
Uno de los otros bultos del tamaño de carretillas elevadoras se movió y gritó con la voz de Piper
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El canto del Sol | Jason Grace
FanfictionDespués de la Batalla de Manhattan, la mayoría tuvo finales felices. Pero otros no. Alicia Cotzomi es parte de esa minoría, pues su voz fue arrebatada. Las circunstancias no son capaces de ayudar a la semidiosa en la ardua tarea de recuperar el ha...