Capítulo XXVI

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“La medicina es una ciencia de la incertidumbre y un arte de la probabilidad”

William Osler.

Amara Vergeltungswaffe .
Martes 20 de abril.
Necrosis.
Tokio, Japón.

Miro el reloj en la pared, la hora se dibuja en números rojos, en este quirófano mi equipo trabaja en el paciente, estamos haciendo una craneotomía descompresiva.

Realice una incisión en el cuerpo cabelludo y luego retiro una porción del cráneo, dejo el pedazo de hueso ensangrentado en un congelador hospitalario que está en esta habitación . Veo el cerebro de mi paciente. El cerebro se expande sin estar comprimido por el cráneo.

El paciente tenía un caso de aumento severo de la presión intracraneal. Tiene un edema cerebral. Así que comenzamos la cirugía hace media hora. Drenamos el exceso de líquido encefaloraquidio.

   —¿Ritmo cardíaco? — Pregunto mientras sigo drenando el edema.

   — Estable.

   —¿Precio intracraneal?

   — Está disminuyendo —. Dice Ha-rin que está a mi lado. Drenamos el líquido encefaloraquidio por dos horas hasta que tenemos una presión intracraneal normal y común. Una vez que terminamos de drenar el fluido tomo el fragmento del cráneo y lo vuelvo a colocar en su sitio original. Lo fijo con placas y tornillos especializados. Vendo la cabeza y doy por finalizada la cirugía con un total éxito.

Me quito los guantes llenos de sangre, el tapabocas y la bata. Al salir encuentro a mi jefa de pediatría hablando con la familiar de la niña. San-ji

   —El proceso de recuperación después de una craneotomía descompresiva puede ser gradual y requiere seguimiento médico constante para asegurarnos que todo evolucione adecuadamente —. Habla afuera del quirófano con los padres de la niña. Una vez termina de hablar con los familiares del paciente, regresa a mi lado.

   — Shiozaki dará de alta a su nuera —. Habla ella en japonés. Sobre la persona que mi maldito nieto mando a mi hospital he visto soldados heridos con más balas que cuerpo levantarse y seguir como si nada, ella tuvo tres disparos y paso un mes y medio en recuperación.

   —Vuelves a insinuar que esa mujer tiene algo que ver conmigo y estás despedida —. No me gusta que me relacionen con ella.

   — Debe firmar aquí —. Firmó el formato de salida, ya que mi cachorro decidió que yo la atendiera pensé en dejarla morir cuando llegó, pero si Blaz se casó con ella debe ser por algún motivo, él es calculador y estoy segura de que analizo cada escenario factible antes de casarse con ella, sé que estudio miles de escenarios posibles así que debe haber una razón por la cual la desposo— ¿No desea verla?

Niego con la cabeza y me muevo hacia mi oficina me quito el segundo par de guantes, camino hacia mi ascensor pulso la planta número decimoprimera y me dirijo a mi oficina. El ascensor va cerrando las puertas cuando veo un vientre abultado y una cara familiar, ella entra en el ascensor con una mujer vestida de doctora, esta lleva tapabocas y un gorro de cirugía que cubre su cabello. Solo veo ese color de ojos verde putrefacción cristalina.

   — Ingrata —. Digo a Nala — Maldita ingrata. Pensé que me avisarías cuando el parásito estuvieras a semanas de salir.  Vas a estallar.

   — Te necesito Amara —. Habla Nala casi implorando. La observo veo en sus ojos una conjuntivitis terrible, su membrana transparente la cual le recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo está con un enrojecimiento ocular espeluznante.

La diosa del inframundo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant