Capitulo V

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Incluso la mejor espada si se deja sumergida en agua salada finalmente se oxidará”
–Sun Tsu

Eliana Romasanta.
Ceder el conocimiento.
Sábado 17 de octubre
Verona, Italia.

     — Corte le los dedos —. Habla Piero —. Le enviaremos a su padre un regalito.

Me arde los ojos, he tratado de no llorar, pero no lo conseguí, me han golpeado y ahora me siento débil.

   — Por favor… Por favor envíenlos en una caja bonita no quiero que se asuste —. Me mandan otro puñetazo que sale repleto de lágrimas. «Un poco más Eliana» solo un poco más. Van a venir por ti. Si hablo solo me tacharán de más inepta e inservible de lo que ya lo hacen. Si me atrevo a hablar me van a matar lentamente. El coronel no me lo va a perdonar.

    — Es la misma mierda de siempre ella no va a hablar. No he conocido al primer soldado, ya sea de género masculino o femenino que hable y sea perteneciente a las FMSE —. He luchado mucho para estar en mi lugar de cadete y sé que no me lo gane, pero estoy matándome de dolor para que no me lo quiten. Me voy a aferrar a este como no tengo idea como una sanguijuela a un ser humano.

    — Denle Oranja—. Piero solo habla en italiano, cuando gesticula palabras, es para que cambien de tortura, me aterra entenderle, pensé que no sabía nadita de esta lengua, pero le entiendo mucho. Creo que eso es bueno, saber sobre italiano, llevo como 7 horas he soportado golpe tras golpe pensando en que si hablo me van a matar de una manera más cruel de la que estoy viviendo. «Van a venir por ti, Eliana, solo ten paciencia».

Estoy agotada. No me siento capas de soportar más golpes, pero si hablo todo lo que he soportado no habrá valido la pena. No sé qué es peor, sí que me corten los dedos u Oranja ambas son malas ideas, tengo demasiado dolor y me arde mucho respirar. Me han enterrado una fila de cuquillos desde la pantorrilla de mi pierna derecha hasta uno de mis pechos. Estoy colgada, por eso no me puedo mover. Veo como los cuquillos cuelgan de mi cuerpo.

La sangre sale de mi pecho, ya que este ha sido el lugar de donde más me han torturado. Mi abdomen tiene hematomas y al crear estos mueven el cuquillo de mi seno y hace que una hemorragia se expanda por mi abdomen.

Piero mira a Gaspare que sale de la habitación. Adriano me pone una máscara de oxígeno. No tengo energía para moverme, suspiró. Recuerdos del último año me atropellan desde el primer grito, desde la primera prueba. Tres meses encerrada en un laboratorio hasta que pude crear un motor. Tres meses en donde solo me alimentaban de agua proteína en polvo y gusanos. Si tenía suerte, Belov podía colar comida mientras hacía los tres motores. Escucho la palabra de Sergey en mi cabeza.

«¡Tonta!»

«¡Inservible!»

«¡Mierda con piernas!»

«¡Basura con patas!»

«¡Gusano rastrero!»

«¡Desperdicio andante!»

Estoy cansada de que solo me griten y me digan lo tonta que soy ¡Ya lo sé! Pero como soy de esas personas que me dicen que no puedo tener algo más me enamoro de ese algo. Soy de esas personas que se obsesiona con lo imposible, soy de esas personas que siempre buscan tener lo que todos quieren, supongo que por eso termine casada. Siento el latir de mi corazón y el escurrir de mi sangre. La sensación es un poco desagradable, pero ahora no tanto.

Veo borroso la salinidad del aire y el sonido de las olas me deja mareada, supongo que es cuestión de tiempo para que esto acabe. Gaspare vuelve, arrastra un tanque que suena chirriante, el sonido me penetra el cráneo, es muy raro que ese sonido me esté desconcertando, el tanque parece un tanque de oxígeno. Los pasos llegan hasta mí son pasos seguros y despidos.

La diosa del inframundo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant