Capítulo XXIII

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"No debes luchar demasiado con un enemigo o le enseñarás tu arte de la guerra ".

Napoleón Bonaparte.

Asteria Magno.
4 años atrás.
Untuoso.
En algún lugar en el mar glacial Ártico.

47 apuñaladas, esa fue la cantidad que me dio. Me apuñaló las piernas, los brazos, la espalda y por algún motivo evitó apuñalarme el estómago. Demasiados órganos en el tórax para que una apuñalada me mate. El hombre Dwight como lo ha llamado Izkra me trajo comida. Comida que fue defecada por él. Está podrida o son sobras. Es basura líquida esa comida. Ni a un cerdo de matadero le dan algo similar. Es repugnante.

Me cosió después de hacerme cada apuñalada. Las puntadas fueron disparejas y el hilo se marca con claridad. Me siento débil. Me siento mal y mi corazón bombea sangre más despacio como si estuviera a punto de terminar de existir. Miro la ventana. Está tan alta. Reflexiono en lo que falle.

«¡Ahora todo tiene sentido! »

Por eso no me dejo matarlos en Luxemburgo ¿Cómo iba a matar a su jefe? Por eso no le disparo en pripyat, en Ucrania. Él no le iba a disparar. ¡Por eso estuvo tan enojado conmigo después de esa misión! ¡Por qué mate a su jefe! ¡Por eso me disparó!

Jamás me había sentido tan traicionada, tan engañado, tan ofendida y más que dolor siento tristeza y rabia. Esto fue el colmo. Blaz Busbiloky es el más grande hijo de perra del mundo ¡Me engaño! ¡Si no hubiera liberado a Izkra no estaría sangrando como marrano en matadero! ¡Mi día de medio entusiasmo se fue a la maldita mierda!

Las lágrimas bajan saladas desde mis ojos. Es como si me hubieran exprimido un limón en la retina por qué he pasado las últimas dos horas llorando como una bebé. El resultado fue que me quedé dormida llorando. Ni siquiera puede estar ofendida por qué las señales fueron claras. ¡Soy tan estúpida! ¿Cómo nadie se ha dado cuenta? ¿Cómo no me di de cuenta?

Sigo llorando durante otros tres días. Vuelvo a estar cansada y el hambre me gana termino comiendo una manzana que ya estaba medio comer. Aunque es basura como comida, me termino tragando todo, por qué me muero del hambre, había cáscaras de mandarinas y no había ni un poco de la mandarina, el arroz estaba quemado y la carne está cruda. Esto son desperdicios. Camino hacia la manguera debo bañarme. Puedo estar secuestrada, pero no voy a dejar que me vean como un cerdo.

Llegó a la manguera mis heridas están en todo el cuerpo y me arden como el demonio. Izkra trajo otro espejo. Supongo que quiere que me derrumbe cada que veo mi reflejo. ¡Lo está consiguiendo! Cada vez me da más asco mirarme. Aun así le miro viendo las punzadas de hijo que se clavaron en mi piel. Vuelvo a llorar al mirar mi estado y me doy de cuenta que estoy tan deshidratada que no puedo llorar.

Baño primero; cavar después, ese va a ser el orden de mi día. Abro un poco la manguera está sale muy cargada y con presión aumentada. Dejo que se cree un charco con el agua cierro la llave. Rompo un poco del vestido que llevo, es un trapo viejo que huele horrible. No hay nada más. Con este pedazo que acabo de romper comienza a lavar la sangre seca. Me lavo completa. Cuento los agujeros que me dejó. Es una hija de perra muy inteligente, no le dio a ninguna arteria, pero sí a puntos con cantidades excesivas de nervios. Por eso duele tanto.

Una vez término de bañarme con agua camino hacia la pared por la cual estoy cavando. Dejo la bola de metal a un lado y comienzo a cavar de nuevo. Entierro mis uñas en el cemento y tiró de este haciendo que otro pedazo se caiga. Mi barriga ya no ruge como un león. Lo cual me llena de una fascinación extrema. Me duele todo, pero debo salir de aquí. ¡Voy a salir de aquí y este agujero será mi mayor ventaja!

La diosa del inframundo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant