Capítulo XLV

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Si avanzo, seguidme, si me detengo, empujadme, si retrocedo, matadme”.

—Julio Antonio Mella.

Asteria Magno.
Vindicta.
En algún lugar del océano glaciar ártico.
Día de cautiverio desconocido.

   —¿Quién quiere el collar de rubís? — Pregunta mi padre. Léa levanta la mano. Estamos en París mi padre dejo sin joyerías una tienda. Levanto mi mano. Lo he hecho cada vez que veo una pieza de joyería. Nala eleva su mano también —. Las dos primeras que armen la Beretta se enfrentarán por el collar.

Eso hemos estado asiendo desde hace tres horas enfrentándonos por piezas de joyería. Mi padre nos está entrenando y esta es su forma de hacerlo.

   —Tres, dos, uno ya—. Corro hacia la mesa, ensamblar una Beretta es relativamente fácil. Preparo el armazón como primer paso.

   —Léa ¿Clase de Beretta?

   — 92FS pistola semiautomática.

   —Asteria ¿Piezas?

   —Corredera, cañón, muelle de retroceso y guía, armazón, cargador, seguro y mecanismos internos

   —Nala ensamblaje del mecanismo interno

   —Iniciamos insertando el mecanismo del gatillo en el armazón,
Seguimos asegurando el mecanismo con los pasadores correspondientes por último Verificamos que el mecanismo del gatillo funcione correctamente.

   — Léa instalación del canon.

   — Deslizamos el cañón en la corredera desde la parte trasera, después nos aseguramos de que el cañón esté correctamente alineado con la corredera.

   —Asteria Muelle de Retroceso y Guía.

   — Colocamos el muelle de retroceso sobre la guía del muelle. Sigue insertar el conjunto de muelle y guía en la corredera, asegurándote de que esté bien asentado ¡Termine! — Grito dejando la berreta en las manos de papá.

   —¡No es justo! —Grita Léa —¡Yo estaba siguiendo las instrucciones que decíamos!

   — Falta la unión de la corredera con el armazón y después la instalación del seguro ¡Termine! —Grita Nala. Papá revisa el funcionamiento de ambas piezas posteriormente nos da una sonrisa como forma de decirnos que están bien armadas.

   —¡No es justo! ¡Yo quiero el collar! — Miro a mi hermana menor. Si gano se lo daré. Ella me sonríe sabiendo lo que pienso —¡Yo soy la menor no es justo! ¡Asteria solo se duerme después de armar metralletas M2 Browning! ¡Un beretta es un regalo para ella!

   — El simple hecho de que consideres tu inferioridad revela tu ineptitud. Los Magno no conocemos la debilidad ni la inferioridad ¿Lo entienden?— Dice papá con voz firme—. No estoy criando princesas ni doncellas, y mucho menos damiselas. Estoy criando diosas de la guerra, reinas de la batalla y emperatrices de la destrucción. Son las mejores. Demuéstrenmelo, Nala y Asteria, al ¡ring!

Nos movemos caminando hacia al cuadrilátero, deslizamos nuestros pies por el ring de boxeo. Nala tiene una guardia en lo alto cubriendo cada parte de su rostro. Se lanza por mí en un derecho me agachó cubriéndome de su ataque y le golpeó las costillas en el proceso. Nala chilla de dolor, pero se viene a mi irritada.

   — ¡No te voy a dejar ganar! ¡Te llevaste los pendientes de oro!—. Me golpea con fuerza. Me está acorralado me pone contra los cuerpos está furiosa. Me da golpe tras golpe. No deshago mi guardia la mantengo en lo alto. Evitando que los golpes de Nala vayan directo a mi rostro.

La diosa del inframundo Où les histoires vivent. Découvrez maintenant