¿Qué piensas cuando escuchas la palabra "guerra"? Apuesto a que más de una mala definición se asoma por tu cabeza, y no te equivocas en ninguna. Pero, si tuviéramos que concluirla en una sola, creo que "muerte" es lo más apropiado.
Los betas se han...
Pete estuvo toda la noche en la enfermería, su herida se estaba curando más rápido de lo previsto, lo cual era bueno. Bastante inusual, pero bueno a fin de cuentas. Antes de irse a dormir, una doctora pasó a verlo para explicarle lo que había pasado con él.
-Hola, mi nombre es ChaAim, yo te atendí cuando llegaste aquí.
Su sonrisa y su voz eran bastante agradables, Pete le devolvió la sonrisa y ChaAim quedó casi rendida a sus encantos.
-Muchas gracias por haber cuidado de mí, espero no haber interferido con el cuidado de otros pacientes.
ChaAim soltó una pequeña risa, era la primera vez que uno de sus pacientes se disculpaba con ella en lugar de solo darle las gracias. ChaAim supo al instante que este chico era todo un caballero.
-No te preocupes, aunque no solo debes de agradecerme a mí. De no ser porque el General decidió donarte un poco de sangre, tal vez ni siquiera estaría hablando contigo ahora.
Pete abrió los ojos en sorpresa, ¿estaría hablando del mismo general que conoció hace unas horas?
-¿Puedo saber quién es ese General? Me gustaría darle las gracias. -El General Intouch.
La agradable chica habló un poco más, probablemente le dijo algo respecto a su condición, pero él había dejado de ponerle atención.
Tardó bastante en conciliar el sueño, no dejaba de pensar en Ae.
Era obvio que él era un alfa, todo en su imagen lo gritaba, ¿entonces porque se arriesgó a hacer algo como eso? También era más que obvio que Pete era un omega, así que no tenía sentido. Sus ojos veían la marca de la aguja por donde la sangre de Ae había pasado y ahora estaba dentro de él. La sola idea envió una oleada de calor por su cuerpo.
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Pete jamás fue una persona madrugadora, pero en vista del lugar en el que se encontraba, no tenía más remedio que levantarse.
Una enfermera lo guió a la que sería su habitación, la cual debía compartir con otras 3 personas y, al parecer esas 3 personas aún no llegaban, pues no había nadie. No le dio mucha importancia, tenía algo más importante en mente por hacer que presentarse con sus compañeros.
Se dirigió al baño y tomo una ducha lo más rápido que pudo. Ya que este sería su primer día de entrenamiento, debía portar el uniforme que se le fue entregado esta mañana. Básicamente todos usaban los mismos pantalones negros y su camisa verde, lo único que los diferenciaba, eran unas líneas en los bordes de sus mangas.
Rojo para alfas. Azul para betas. Amarillo para omegas.
Pete se miró en el espejo del baño y comenzó a peinar su cabello. No sabía porque, pero sentía una enorme necesidad por verse presentable. Después de todo, iría a ver a su general al mando, que al mismo tiempo era el hombre que le había salvado la vida. Era normal querer verse bien, ¿no?