Entre el amor y la guerra

Capítulo 27

Un mes.

Un mes desde que Ae se había ido.

¿Cuánto tiempo más tendría Pete que esperar para que Ae regresara? Su cuerpo ya no lo soportaba, se celo había pasado hace una semana y se sintió como el mismo infierno sin él.

Ya era el fin de otro día, el entrenamiento había llegado a su fin. Sus compañeros lo habían invitado a cenar, pero él seguía sin poder probar bocado. Era el colmo.

- ¿A dónde vas?

Conocía esa voz demandante. No tenía ganas de discutir con Eric, ni siquiera volteó a verlo cuando pasó por delante de él.

Escuchaba sus pasos siguiéndolo así que aumentó la velocidad hasta que vio un carro estacionado al frente de las oficinas de la base. Se notaba que era un auto lujoso, pero no recordaba haberlo visto. 

Y si... ¿Y si era Ae?

Comenzó a correr en dirección a ese lugar hasta que divisó a tres personas. Los conocía: eran ChaAim, Pond y Ann.

¿Qué estaba haciendo ella ahí?

-Déjame pasar. ¡Quiero hablar con Ae! —gritó desesperada.
-Ya te dije que no está, por favor vete y deja de hacer un escándalo—protestó ChaAim

Al acercarse, Pete pudo notar que Ann tenía una expresión de los mil demonios. No había un solo rastro de la chica sonriente y animada que había viso hace tantos meses. Su cabello había perdido el brillo y tenía unas ojeras que le daban un aspecto desquiciado. ¿Qué le pasó?

-No me iré de aquí hasta que hable con él.
- ¿Qué es lo que quieres? —preguntó ChaAim evidentemente cansada—Él fue bastante claro contigo así que no tienes nada que hacer aquí.

A ChaAim nunca le cayó bien aquella mujer, así que ya no tenía que aparentar ser amable con ella ya que todos sabían que Ae había cortado de raíz su ridículo drama de compromiso. 

-Necesito saber. Él tiene que decirme quien es la zorra por la que me dejó—escupió llena de odio.

ChaAim rodó los ojos y planeaba darse media vuelta, pero Ann la tomó del brazo y la hizo encararla de nuevo.

- ¿Acaso eres tú? —preguntó Ann.

Pond se echó a reír y se puso en medio de Ann y su novia para hacer que la soltara.

-Será mejor que dejes de decir tonterías y te vayas—dijo aun con una sonrisa en el rostro.
- ¡No me iré! —gritó— ¡Ae! ¡Sal de ahí y habla conmigo!

Pete terminó su recorrido hasta llegar a donde ellos estaban.

-Ya te dijeron que no está, por favor, Ann, lo mejor es que te vayas—intentó que su voz sonara lo más calmada y amable posible.
-Pete—los ojos de Ann brillaron como encontrando una esperanza—Tú también eres su amigo, por favor dime quien es.

Su voz sonaba como si estuviera a punto de echarse a llorar. Tomó su mano suplicándole con los ojos llorosos una respuesta y Pete no pudo evitar sentir lastima por ella.

-Por favor—lloriqueó—Solo... Solo quiero saber quién es.

Pete buscó ayuda en los ojos de sus amigos y encontró la equivocada en Pond.

-Tienes la respuesta en frente, niña.

El ligero tono de burla hizo que ChaAim lo pellizcara un poco.

Ann lo miró confundida, pero cuando sus ojos encontraron la marca rojiza completamente cicatrizada en el cuello de Pete su mundo terminó de colapsarse.