Los días pasaban como si su propósito fuera ser lentos y tortuosos. La primera semana se sintió como un mes, la segunda como un año.
Al principio, Ae pensó que sería suficiente verlo de lejos, pero el aspecto cansado y débil de su rostro lo golpeaba con una culpa inmensa. Notaba que no comía casi nada en todo el día, su negación le dijo que tal vez no le gustaba la comida de la cafetería, así que le pidió a la cocinera que lo cambiara, pero Pete seguía sin probar bocado.
Sabía que él tampoco tenía el mejor aspecto de todos. Unas ojeras bastante prominentes comenzaron a asomarse debajo de sus ojos; se sentía cansado todo el tiempo y sus energías para entrenar o ejercitarse estaban cada vez más cerca de desaparecer.
Había planeado hablar con Pete en cuanto su padre se fuera y no entendía que estaba esperando para hacerlo. Llevaba esas dos semanas detrás de Ae, asegurándose de que hiciera bien su trabajo y de cierta manera funcionó.
Ae no se había vuelto a atrasar con ninguno de sus reportes; los avances de cada uno de los reclutas estaban actualizados, los planes de entrenamiento para la siguiente semana estaban listos, ya solo faltaba el informe de las cámaras de vigilancia del que Tin dijo se haría cargo. Solo que dicho informe no llegaba.
El estrés que le provocaba dolor de espalda había aumentado cuando la puerta se abrió y una sonriente Ann entró, otra vez, sin permiso.
Tampoco entendía porque no se había ido. Ella no tenía nada que hacer ahí, todo el tiempo se la pasaba quejándose de que era aburrido y de que Ae no le prestaba atención. No era su culpa querer un respiro de ella, la chica se la pasaba pegada a él todo el bendito día, sujeta a su brazo como si su vida dependiera de eso.
Pero hoy lucia diferente, su sonrisa estaba ahí como todos los días, pero se veía más... Tímida.
- ¿Puedes dejar de mirarme así? —pidió Ae.
Ann se sentó en una de las sillas disponibles y tomo una de las manos de Ae por sobre su escritorio.
-Ae, necesito decirte algo.
Su voz sonaba algo seria, lo cual era bastante inusual.
-He estado pensando en nosotros y creo que encontré la solución a todo esto. Es una decisión difícil y bastante complicada la verdad, pero creo que será lo mejor para los dos.
"Por favor dime que vas a terminar conmigo. Aunque no estemos juntos, termina conmigo."
Ann se levantó de su silla y caminó hasta quedar frente a Ae. Acomodó su cabello de un lado dejando al descubierto una parte de su cuello y Ae pudo notar que la chica temblaba. Estaba peligrosamente cerca de él, intentando meter sus piernas entre las suyas para sentarse. Se inclinó sobre él, aprisionándolo entre ambos brazos y Ae no podría estar más asustado.
-Muérdeme, Ae.
Sus palabras tardaron en llegar hasta su cerebro, pero cuando Ann procedió a quitarse la blusa Ae reaccionó.
-Ann, ¿¡qué estás haciendo!? —preguntó pegando un brinco de su silla al tiempo que la empujaba lejos.
Inmediatamente le dio la espalda y cerró los ojos.
-Ae, está bien—lo rodeo con sus brazos y lo apretó un poco—No me da miedo, confió en ti.
Ae se sacudió de entre sus brazos y se dio la vuelta para enfrentarla. En el momento en que quedaron frente a frente, Ann se lanzó contra su cara y por primera vez en años de fallidos intentos, lo besó.

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Entre el amor y la guerra
Fiksi Penggemar¿Qué piensas cuando escuchas la palabra "guerra"? Apuesto a que más de una mala definición se asoma por tu cabeza, y no te equivocas en ninguna. Pero, si tuviéramos que concluirla en una sola, creo que "muerte" es lo más apropiado. Los betas se han...