La nieve caía fuerte, oscureciendo la vista de Taeyong hacia la calle y la ciudad. Algunas velas llenaban el apartamento con el popular aroma de la temporada, y había encendido un par de pequeñas líneas de luces que colgaban de la ventana. Su emisora favorita estaba poniendo un jazz de navidad, y él sentía que no estaba de humor para la navidad este año.
La tarde había pasado sin que Jaehyun regresara, y Taeyong se estaba haciendo a la idea de no esperarlo, tratando de ignorar su decepción.
Dejó su libro en el sofá para preparar su cena, usando una receta de Jean-Michel, el Chef del restaurante. No era exactamente comida de navidad, era una gruesa lasaña con varias capas de carne, lo que había requerido que Taeyong comprara una semana antes una olla extra profunda para la lasaña. Había estado preparando los ingredientes durante una hora, la olla de lasaña y dos horas en el horno. Ahora la metía en el congelador por segunda vez.
Lavándose las manos por centésima vez, terminó su vaso de vino y lo rellenó con un gruñido, sorprendido al ver que había logrado terminarse la botella completa. Acurrucado en el sillón, tomó otra botella. «"No había razón para no emborracharse esta noche", pensó irónicamente». No había trabajo mañana, ni un lugar a dónde ir. Miró la lasaña y sonrió. Y tenía comida para varios días, quizás para una semana.
Sin preocuparse por los cachorros que empezaban a saltar histéricos y correr frente a la puerta, Taeyong los miró sorprendido. No había oído el timbre de la puerta y nadie había entrado al edificio. Frunciendo el ceño, miró el reloj. Siete y media. Refunfuñando suavemente, se levantó y se dirigió hacia la puerta, cuidando de no pisar a los cachorros alejándolos con el pie antes de asomarse por la mirilla.
Saltó sorprendido y se permitió un momento para calmar su pánico antes de retirar la cadena y abrir la puerta.
—Hola, Taeyong —saludó Jaehyun con voz suave—. ¿Puedo entrar?
Parpadeando varias veces, Taeyong lo miró durante un momento antes de sacudirse y permitirle pasar. Recordó vagamente que debería preguntarle cómo había logrado entrar al edificio, pero cuando éste habló, toda la preocupación desapareció de su cabeza.
—Gracias —murmuró Jaehyun. Cuando entró al apartamento, su oscura ropa brillaba ligeramente, estaba empapada y tenía cristales de hielo.
Taeyong cerró la puerta tras él, contando los cachorros que rodeaban ahora los pies de Jaehyun; su mirada regresó a su mojada ropa.
—Estás empapado —comentó estúpidamente—. Traeré una toalla —añadió, rozándolo ligeramente mientras se dirigía a la habitación.
—Una toalla estaría bien —contestó Jaehyun con una débil sonrisa mientras su cabello chorreaba la nieve derretida hacia su cara.
Deteniéndose, Taeyong lo miró más de cerca ahogando una risa.
—¿Qué estabas haciendo? ¿Ángeles en la nieve?
Jaehyun le dio una modesta sonrisa y bajó la cabeza, pasando sus dedos a través de su mojado cabello.
—Bueno, lo consideré, pero en ese momento todavía tenía un calcetín seco — bromeó—. Estaba caminando. Tuve que dejar el coche a causa de la tormenta. Estabas más cerca que mi casa —admitió, viéndose ligeramente avergonzado—. Lo siento —se disculpó.
Taeyong frunció el ceño.
—¿Dejaste tu coche? —repitió intrigado—. ¿En las calles cubiertas de nieve de Chicago?
Jaehyun apretó los labios.
—¿Realmente quieres saber? —preguntó.
Y volvían a lo mismo que anoche.

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Martes | Jaeyong
Fanfiction"... lágrimas cayeron libres cuando Jaehyun desapareció en la oscuridad." 🥀 A D A P T A C I Ó N. 🥀