La habitación del hospital estaba en silencio ahora que los médicos y enfermeras se habían ido. Dentro de la cama, Taeyong se veía pálido e incluso más pequeño que normalmente, con un tubo de oxigeno en la nariz y un suero intravenoso en su brazo. Estaba resfriado y completamente drogado —tanto el medicamento que le había dado el doctor del centro de salud, como el diagnóstico, que estaba realmente equivocado, eran los responsables de su estado.
Neumonía, dijeron los doctores y un caso realmente grave, las radiografías confirmaron que los pulmones de Taeyong estaban llenos de fluidos y los doctores estaban tan preocupados que lo internaron de inmediato.
Incluso consideraron colocarle un tubo de respiración. Ahora, con Taeyong estabilizado, Jaehyun paseaba con impaciencia por el cuarto del hospital. Su abrigo y bufanda parecían la capa de un supervillano a la caza.
Largos minutos pasaron antes de que una enfermera entrara a comprobar los signos vitales de Taeyong de nuevo. Ella se detuvo justo al entrar en la puerta, sorprendida al ver al oscuro hombre ahí.
—¿Hola?
—¿Cómo esta él? —preguntó Jaehyun en una voz que era poco más que un murmullo.
La enfermera lo miró y entró a revisar las máquinas que rodeaban a Taeyong.
—Está bien —le dijo ella—. Está reaccionando bien al tratamiento y descansa sin dificultad —ella levantó la vista hacia Jaehyun ligeramente molesta, pero entonces pareció notar la tensión en él—. No tiene que quedarse aquí. Le prometo que nosotros cuidaremos bien de él —ofreció ella.
—No tengo nada más importante que hacer —respondió Jaehyun, sin desviar su mirada de Taeyong.
La expresión de ella se suavizó.
—Estará más cómodo si se sienta —le dijo ella—. Hay una cafetería bajando las escaleras, está abierta las veinticuatro horas. No tiene caso que se enferme también — añadió ella amablemente antes de dejar el cuarto.
Jaehyun murmuró un agradecimiento mientras ella salía, pero su total atención estaba en Taeyong. Se acercó, su boca estaba seca y sentía una opresión en su pecho. Observaba, aun tenso y sombrío, la cara de Taeyong, que incluso dormido se veía exhausto. Jaehyun iba a tocarlo pero se detuvo antes de que sus dedos hicieran contacto. No quería despertarlo.
Le examinaba cuidadosamente, se sentía enfermo solo de pensar lo que pudo haberle sucedido. Se movió impulsivamente y esta vez pasó sus dedos suavemente por el cabello de Taeyong. El calor todavía radiaba de él, a pesar de lo pálido que se veía. Dormía profundamente inducido por las medicinas, totalmente relajado.
—No me hagas esto de nuevo —le murmuró Jaehyun. Él se había enfrentado a muchas cosas en su vida, cosas que la mayoría de la gente nunca enfrentaba, pero no era inmune al miedo. Descubrió esta noche que estaba asustado por alguien que le importaba; eso era totalmente diferente al animal que simplemente se asusta por su propia vida e integridad física.
Se giró lentamente cuando sintió que alguien entró al cuarto.
—¿Debo esperar en el estacionamiento toda la noche, señor? —preguntó Jeno con el mismo tono suave que Jaehyun utilizaba.
—No —contestó Jaehyun sacudiendo la cabeza—. Puedes irte por la noche, Jeno. Gracias por tu velocidad.
—Sí, señor —murmuró el hombre y asintió—. ¿Estará él bien?
Jaehyun simplemente asintió y se giró de nuevo.
Suaves pasos llegaron del exterior y la enfermera entró de nuevo justo después de que Jeno saliera. Ella miró a Jaehyun con simpatía mientras se acercaba a cambiar la bolsa de suero de Taeyong.

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Martes | Jaeyong
Fanfiction"... lágrimas cayeron libres cuando Jaehyun desapareció en la oscuridad." 🥀 A D A P T A C I Ó N. 🥀