Capítulo 1

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Me levanté de mi escritorio un poco enojada y frustrada por haber desperdiciado mi preciado tiempo leyendo un libro recomendado por mi hermana menor, solo para encontrarme con un final tan decepcionante.

Sabía de antemano que esa pequeña travesura, lo había hecho a propósito para molestarme todo el día al terminar el libro.

—¡Dios mío! ¡Nunca leí un libro donde la protagonista sea tan idiota! —Murmuré para mí misma mientras caminaba frenéticamente por toda la oficina.— ¿Por qué se deja manipular de esa manera? ¡Menuda tonta!

Seguí quejándome para nadie en especial, mientras daba vueltas por la oficina, hasta que la puerta se abrió de golpe, captando mi atención de inmediato.

—¿Por qué tantas quejas? Me duele la cabeza solo de escucharte desde metros de distancia —dijo John mientras cerraba la puerta y se llevaba la mano a la sien con gesto de dolor dramático.— Aunque cambiando de tema, no creo que haya sido el libro tan patético como el personaje que me tocaba interpretar en los festivales, ¡uf!

Negó con la cabeza frenéticamente, como si tan solo recordarlo le diera escalofríos y quisiera vomitar de vergüenza.

—¡Uy, chisme, cuéntame!— le incité.

—No sé si contarte, tú eres capaz de molestarme con eso durante años— se cruzó de brazos.

—No, no lo voy a hacer, John— dije con una sonrisa maliciosa.

—¿Con esa sonrisa? ¿Quién te creería?— dijo John, mordiéndose el labio inferior pensativo.

—Vamos, John— le lancé una mirada cínica haciendole ojitos— Recuerda que podría ser mi última semana de vida por la misión y no podré fastidiarte por años, como dices.

La expresión de John cambió al instante, puso una mueca intentando ocultar el dolor ante la idea de verme muerta, pero ambos sabíamos que así era esta vida, fue una elección que nunca elegimos, impuesta por nuestros padres, al ser los primogénitos.

John y yo fuimos educados como robots desde muy pequeños. Al principio era divertido, ya que todo lo que un niño anhelaba era ser el orgullo de sus padres.

El padre de John y el mío son amigos de infancia, ambos decidieron seguir el camino de la milicia y eran muy respetados en el mundo militar, siendo importantes soldados. Mi padre es un general y el suyo es un coronel.

Por lo tanto, nos criaron juntos. Ambos éramos el único amigo del otro, ya que, debido a nuestra crianza, no socializamos mucho con personas de nuestra edad o civiles normales. Éramos mejores amigos desde pequeños, las circunstancias nos obligaron a darnos apoyo, al menos era lo único reconfortante de mi infancia.

—Bueno, era chiquito e inocente, no te burles— su voz finalmente me sacó de mis pensamientos.— Por el Día de las Madres, que no entiendo por qué mi padre me obligó a participar si ni siquiera tengo una— se encogió de hombros restándole importancia.— Para rematar, ese señor ni siquiera se presentó. Bueno, dejando de lado eso, hicieron una especie de sorteo y sabes que la suerte que tengo es impresionante, pero no de la buena forma. Me tocó ser un árbol.

No pude evitar soltar una risa escandalosa, y John me miró mal, pero sabía que en el fondo le agradaba la idea de hacerme reír un poco después de la misión que teníamos, una misión que no fue mi elección, sino la que mi padre escogió para mí. Vaya gran padre que me tocó.

—Bueno, bueno, John, pero qué papel más interesante— dije burlonamente.— Pero la protagonista perdió más la dignidad que tú de chiquito cuando te hacían bailar.

—¡Oye! ¡Qué te pasa, yo bailo increíble! - intentó hacer el paso de Michael Jackson y terminó besando el piso al caerse.— No me caí, solo quería comprobar si el piso era firme.

La pequeña dama infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora