Capítulo 22

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El sol apenas comenzaba a desperezarse en el horizonte cuando yo ya me encontraba lista para mi presentación. La sala SDS, mi obra maestra, esperaba impaciente, un santuario de seguridad y control. El corazón me latía con fuerza, una mezcla de nervios y emoción me recorría el cuerpo. No era solo una presentación, era un paso hacia la protección de mi abuela, una promesa de seguridad que me había hecho a mí misma.

Con un paso firme, me dirigí hacia la sala de estar, donde los sirvientes se encontraban reunidos, una mezcla de rostros expectantes y curiosos. Mi abuela, radiante como siempre, me esperaba con una sonrisa cálida, su apoyo incondicional me llenaba de fuerza.

—Buenos días, mis queridos sirvientes. —Mi voz resonó con firmeza, un tono que ya se había convertido en un sello distintivo.

Un murmullo de respuestas recorrió la sala. Todos me miraban con respeto, un cambio notable desde que llegué a la mansión. La servidumbre, antes temerosa de mi presencia, ahora me observaba con curiosidad y admiración.

—Como ustedes saben, he estado trabajando en un proyecto especial para la seguridad de la mansión. —Una sonrisa sutil se dibujó en mis labios—. Y hoy, les presento la sala SDS.

Con un gesto elegante, abrí las puertas de la sala. Un silencio expectante se apoderó del lugar. La sala, antes una habitación polvorienta y descuidada, se había transformado en un espacio moderno y funcional. Pantallas gigantes, teclados de última generación, muebles cómodos y una atmósfera de seguridad impenetrable.

—Esta sala, como su nombre lo indica, es un sistema de seguridad. —Mi voz resonó con seguridad, mientras señalaba las pantallas que mostraban imágenes de diferentes puntos de la mansión—. Aquí podemos monitorear cada rincón de la mansión, desde el sótano hasta el último piso.

Un murmullo de asombro recorrió la sala. Los sirvientes se acercaron cautelosamente, observando las pantallas con fascinación.

—También podemos controlar las cámaras, acercar la imagen, enfocar en un punto específico, incluso grabar imágenes. —Expliqué con entusiasmo, mientras demostraba las funciones de las cámaras, mostrando cómo se podían enfocar en un punto específico, incluso grabar imágenes.

—Y lo más importante, —continué, con un tono más serio—, esta sala es impenetrable. Las paredes están reforzadas, las puertas son a prueba de balas y el sistema de seguridad es de última generación.

Un silencio sepulcral se apoderó de la sala. La seguridad de la mansión, una preocupación constante, ahora estaba en manos de una joven que había llegado hace apenas unos meses.

—Aquí, mi abuela estará segura. —Dije con determinación, mientras la miraba con una sonrisa cálida.

Mi abuela, conmovida por mis palabras, me devolvió la sonrisa. Sus ojos, llenos de orgullo y afecto, me llenaron de una satisfacción inmensa.

—Keren, mi niña, has hecho un trabajo extraordinario. —Dijo con voz emocionada, mientras se acercaba a mí y me abrazaba con fuerza.

Los sirvientes, conmovidos por la escena, aplaudieron con entusiasmo. La sala SDS, mi creación, había sido un éxito rotundo.

—Pero esto no es todo, —dije con una sonrisa pícara, mientras me separaba de mi abuela—. También he creado un sistema de alerta temprana que nos avisará de cualquier amenaza.

Los sirvientes, con el rostro lleno de asombro, me miraban con admiración.

—En caso de que alguien intente entrar a la mansión sin autorización, el sistema activará una alarma y avisará a mi abuela junto con la caballería. —Expliqué con orgullo, mientras mostraba el sistema de alerta temprana.

La pequeña dama infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora