Cuando finalmente pude recobrar el conocimiento, aún aturdida, tomé rápidamente la decisión de no moverme. Permanecí inmóvil en mi lugar, fingiendo estar inconsciente para engañar a mis captores.
Parpadeé debajo de la venda que cubría mis ojos, tratando de enfocar la vista poco a poco. Sentí las cuerdas apretadas en mis tobillos y las esposas en mis muñecas detrás de la espalda. Estaba amordazada, sin emitir sonido alguno.
El sonido de la carretera llamó mi atención. Sin saber cuánto tiempo estuve inconsciente, solo anhelaba volver a ver a mi hermana. John debía estar preocupado, como mi mejor amigo, seguramente estaría moviendo cielo y tierra para encontrarme.
El movimiento del automóvil se detuvo. El lugar donde me encontraba no era acogedor. Al sentir la superficie, deduje que estaba en la maletera. El golpe de una puerta del auto me indicó que habíamos llegado a nuestro destino.
Concentré mi mente en relajarme, controlando mi respiración. Debía aparentar seguir inconsciente. La apertura de la maletera no me sorprendió. Simplemente cerré los ojos y aguardé en silencio.
"Dafne, recuérdalo siempre: en un secuestro, tus sentidos son tu única arma. Sabes que tratas con personas peligrosas, por lo que no son incompetentes en este arte. Te vendarán los ojos, y sin ellos, solo te quedará esto", susurró sutilmente. "Busca pistas discretamente, utiliza el olfato, el tacto, el oído y, sobre todo, la memoria. Cuenta cada paso, cada dirección, si giras a la derecha o a la izquierda, hacia el norte, sur, este u oeste. Crea mentalmente un plano del lugar donde te encuentras para guiarte y hallar la salida con facilidad cuando tengas la oportunidad de escapar" - Entrenador militar de Dafne a sus 7 años.
Agradecí internamente las palabras de mi entrenador. Tras esa lección, no volví a verlo. Fui asignada a otro entrenador más estricto, intimidante e inexpresivo.
La persona me sujetó por los hombros, jalándome hacia arriba y cargándome como si fuera una novia. El aroma de su perfume me llegó de inmediato: "El italiano, Alessandro". El sonido del mar captó mi atención al instante, el olor a playa me hizo pensar en las opciones que tenía.
El italiano comenzó a caminar hacia adelante. Sentí que subía cuatro escalones, luego siguió caminando y escuché el sonido de un portón abriéndose automáticamente. Maldije en mi interior y tragué mi enojo con amargura. Empecé a contar las distintas voces que lo saludaban con respeto y sumisión. El sonido de caminar sobre arena se detuvo, para luego continuar sobre una superficie firme. Discretamente, dejé caer mi mano y logré rozar una hoja con ella.
Ya pasamos la puerta, 25 pasos hacia adelante y llegamos a superficie firme. Podemos estar en una especie de patio. Necesitaba averiguar en qué playa me encontraba.
Seguimos caminando hasta que se detuvo de nuevo, escuchando una puerta de madera abrirse. Capté el sonido de los zapatos caminando. "¿Estamos dentro de la casa?"
—Señor, es bueno verlo de vuelta. Siempre es bienvenido en esta humilde morada —la voz masculina se dirigía con educación al italiano— ¿Qué necesita de este humilde socio? Alessandro.
—Deje las bobadas, Don Alfredo —respondió el italiano, caminando hacia él— Le saludaría como corresponde la etiqueta, padrino —movió sus brazos para mostrarle— Pero estoy un poco ocupado.
"¿Padrino?" Los datos que estudié de su extensa familia aparecieron en mi memoria. "Don Alberto, padrino del líder de la mafia, un narcotraficante poderoso en Inglaterra, vino hacia aquí con el principio de joder a la sede de Londres, actualmente no encontrado".
"Así que el italiano no salió de Inglaterra, no sabría si me encontraba en Londres, pero todavía estaba en territorio inglés".
—Puedo verlo, sobrino —el sonido me hizo saber que le palmeó la espalda como saludo. —¿Es una nueva puta o víctima para tus investigaciones? —preguntó, y me contuve de apretar la mandíbula, molesta.
ESTÁS LEYENDO
La pequeña dama infernal.
FantasyEn las sombras de la agencia secreta en Londres, Dafne, una valiente joven de 28 años, se embarca en una peligrosa misión para enfrentar a la mafia italiana y capturar a su líder. Sin embargo, la traición de su envidiosa compañera la lleva a ser sec...