Capítulo 32.

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Me encontraba llegando al comedor, el día anterior fue mejor de lo esperado, conociéndonos y sacando sonrisas, no nos habíamos topado con los niños todo el día anterior a excepción del almuerzo y cena.

Las grandes puertas del comedor fueron abiertas al instante sin darme tiempo de siquiera detener mi paso, para mí sorpresa todas las niñas se encontraban sentadas conversando animadamente mientras esperaban pacientemente a los demás y dar a empezar el desayuno.

—Buenos días, niñas —Saludé y todas me devolvieron el saludo animadamente.

Rápidamente me integré en la conversación, el día anterior después de la cena me había quedado a hablar con el señor Aiden, comentándole sutilmente el entusiasmo de Esther y Lucia de querer iniciar con una nueva arma, este acepto gustoso y me felicitó orgulloso.

Las puertas fueran abiertas nuevamente, el príncipe heredero de Zakary estaba entrando con confianza absoluta al comedor, porte que todos teníamos, pero este realmente me disgustaba, era demasiado arrogante y la mirada que le lanzo a su hermana me hizo sonreír con fastidió, no quería sacar conclusiones apresuradas.

Todavía no tenía la suficiente confianza con la princesa Elizabeth para que me cuente que pasá, hasta ahora solo le puedo servir de apoyo y distracción hasta ganarme su confianza, Elisabeth es un niña dulce con porte digno de toda princesa, sin duda si ella fuera princesa heredera le daría todo mi apoyo.

—Buenos días, Elizabeth —Saludo el príncipe y está se tenso en su sitio.

Saludo en un susurro y agachó la mirada, la niña habladora, dulce y alegre se había esfumado totalmente, el ambiente se puso tenso, pero las demás no parecían notarlo a excepción de Blair que compartimos miradas y asentí con la cabeza.

—Elizabeth —La llame y está levanto la mirada — Blair y yo estábamos emocionadas por conocer a nuestros caballos, queríamos saber ¿si puedes acompañarnos? Nos sería de mucha ayuda, ya que no conocemos mucho el lugar.

—Ella no puede, pasará la hora de descanso conmigo — Habló el príncipe heredero.

—¿Estaba hablando contigo? —mi tono de voz fue duro.

Esto ocasionó que todas guardarán silencio, prestando atención a la conversación, este al igual como su hermano se sonrojo y las orejas se le pusieron rojas de la vergüenza.

—No necesito permiso para hablar —Dijo esté con tono arrogante.

—¿Estaba hablando contigo? — dije nuevamente con tono borde. -No, así que cállate.

—Soy un príncipe puedo hablar cuando se me da la gana —Dijo esté en un inútil intento de no quedar en ridículo —Ella es mi hermana y hablo por ella cuando se me de la gana.

—Machista de mierda —Hablo Blair con tono enojado.

—Tú hermana, también es una princesa por lo tanto puede hablar cuando se le de gana —Interrupi al príncipe que estaba dispuesto a gritarle —habla como persona civilizada, gritando no llegamos a nada y no estaba hablando contigo, mal educado, parece que ni por ser un príncipe sabes los modales básicos, hasta los plebeyos tienen más educación que tú en ese aspecto.

Las puertas fueron abiertas nuevamente con los demás niños, Aiden iba demorar un poco más por qué tenía que encargarse de replicar el arco y flecha, supervisar todo el era todo un perfeccionista y no lo culpaba.

La pequeña dama infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora