La pequeña dama infernal.

Capítulo 30

Tipo de narrador: tercera persona.

En el imperio Zakary y Mackenna, el pueblo se encontraba celebrando, felices por la iniciación de su futura élite. Totalmente ajenos a los disturbios en el palacio principal del imperio Zakary.

La caballería 'Esthelar' se encontraba luchando contra las sombras que se movían con facilidad afuera de los muros del palacio, atacando a la servidumbre y guardias, hiriendo los de muerte. Estos últimos se defendían con todo lo que tenían a su alcance y protegían a los sirvientes, pero las sombras atacaban en grupo, dejándolos con mucha desventaja.

En la sala donde se llevó a cabo la ceremonia, era todo un caos. El piso, antes limpio y reluciente, fue manchado con cierto líquido carmesí. Cuerpos sin vida yacían esparcidos, la élite se defendía a capa y espada, pero parecía que aquellas sombras no atacaban a matar, como veces anteriores. Esto confundía visiblemente a los presentes.

La primera división, que era dirigida con rapidez por los pasillos, se vio en apuros cuando su entrada se encontraba bloqueada totalmente por grupos de sombras. Que momentos antes habían atacado su carruaje de viaje de regreso a las instalaciones de la PDLE.

La imagen de los cuerpos sin vida de magos y caballeros personales tirados en el suelo, era traumática de ver para los niños. Sin embargo, la primera división, ni siquiera se inmutó. Ellos habían sido entrenados estos dos últimos años, para este tipo de situaciones en el futuro.

Los caballeros encargados de su protección, rápidamente los bajaron de sus brazos, poniendo los atrás de ellos con postura protectora, usando sus cuerpos entrenados y con pesadas armaduras, para bloquear el pase de las sombras, hacia los niños. Ellos se encontraban totalmente frustrados de no poder protegerse por si mismos, se sentían inútiles ante esta situación.

Apretaron la mandíbula con rabia creciente en su expresión facial. El caballero encargado de su protección, vio las intenciones claras de los niños y no podía sentirse más orgulloso de sus pequeños guerreros. Sin embargo, todos los presentes sabían que la primera división no podía atacar.

La razón de esto era que habían sido entrenados para no dejarse llevar por sus emociones. Los emperadores y maestros de los dos últimos años, les habían dejado más que claro que no podían revelar información de sus fortalezas, hasta la guerra de iniciación.

Sus guardianes se encontraban profundamente molestos, exigían constantemente a sus protegidos que los liberarán para luchar. La primera división se resistía constantemente a escucharlos, no era por qué no quisieran, solo que ahora no tenían el físico, ni el poder suficiente para poder defenderse, contra asesinos profesionales entrenados desde la cuna. Aparte de no poder usar sus armas, quien diría que había sido una mala decisión no traerla con ellos.

El caballero encargado grito la orden a su grupo de proteger y resistir lo más que puedan para poner a salvo a la primera división. Todos asintieron atacando la orden con firmeza, no iban a dejar que dañaran a los niños, su primera división. Ellos eran el futuro de dos imperios, los más poderosos del continente, son sus futuros líderes y no los iban a dejar morir.

Dos caballeros imperiales llegaron detrás de ellos. Al notar rápidamente la situación, ambos decidieron llevarse a los niños a una zona segura, hasta que su transporte esté disponible y despejado para llevarlos a las instalaciones de la PDLE.

Ambos se miraron y compartieron miradas de completa determinación. Cargaron a ambas niñas en brazos, no por qué las consideran débiles físicamente, pero sus vestidos le impiden movilidad rápida y tenían el tiempo en su contra.

Los niños al entender sus intenciones, siguieron rápidamente a los caballeros imperiales. Estos corrían entre los pasillos y cada sombra que intentaba acercarse a ellos para dañar a los niños, guardias y sirvientes aparecían inesperadamente, golpeando y rodeandolos para impedirle él pasó.