Blessing || Kei Tsukishima x Tú

4. ¿Qué pasó ayer?

A la mañana siguiente, Hana despertaba con un dolor de cabeza espantoso. La resaca la golpeaba fuerte mientras se agarraba la cabeza y miraba a su alrededor, dándose cuenta de que no estaba en su habitación. A su lado, alguien más empezaba a despertar. Era Tsukishima, también con resaca, y ambos no podían creer lo que veían, especialmente Hana al notar que ambos estaban desnudos.

—¿Qué haces aquí desnudo? ¡Cúbrete! —dijo Hana, tratando de mantener la calma.

—Mejor cúbrete tú, Hana. Me estás mostrando una impresionante vista —respondió Tsukishima, con una media sonrisa.

Hana se miró y vio que tenía los pechos al aire. Se sonrojó intensamente y rápidamente se cubrió con la sábana.

—¿Qué pasó anoche? —preguntó, todavía intentando asimilar la situación.

—No lo sé... —respondió Tsukishima, frotándose la frente—. Solo recuerdo que estábamos en la fiesta, bebimos mucho, y luego... parece que terminamos aquí.

Hana intentó recordar los detalles de la noche anterior. Recordaba los tragos, la pista de baile, y luego el baño. Sus mejillas se sonrojaron aún más al recordar cómo se dejaron llevar por la pasión.

—Esto no puede estar pasando... —dijo, más para sí misma que para él.

—Fue una noche loca. Ambos estábamos ebrios y no sabíamos lo que hacíamos.

—Entonces... ¿qué hacemos ahora? —preguntó Hana, sintiendo la presión de la situación.

—Primero, creo que deberíamos apurarnos en vestirnos. Todavía seguimos en la habitación de un desconocido en Shiratorizawa.

Ella se levantó de la cama, cubriéndose por delante, olvidando que Tsukishima podría verla por detrás. Tsukishima le dio una mirada a su trasero, empezando a recordar un par de cosas. Ambos comenzaron a buscar su ropa por la habitación, tratando de no mirarse demasiado mientras recogían sus prendas esparcidas por el suelo. Una vez vestidos, la incomodidad en el aire era palpable.

—Supongo que deberíamos hablar de esto —dijo Hana, rompiendo el silencio.

—¿Qué hay que decir? —respondió Tsukishima, mirando a Hana con seriedad—. Fue un error. No debería haber pasado, pero ya pasó. No podemos cambiarlo.

—Tienes razón. Fue un error. Pero... ¿qué hacemos ahora?

Tsukishima se quedó en silencio por un momento, pensando.

—Hay que fingir que no pasó. Nadie tiene por qué saberlo. Fue una noche, estábamos ebrios, y ya está.

—Sí, quizás sea lo mejor. Pero... no podemos simplemente ignorarlo. Necesitamos hablar de lo que significa para nosotros.

—No significa nada —dijo Tsukishima rápidamente, pero su tono era más defensivo de lo que pretendía.

—¿De verdad crees eso? —preguntó en voz baja.

Tsukishima evitó su mirada por un momento, antes de suspirar.

—No lo sé, Hana. No sé qué pensar. Todo es muy confuso ahora mismo.

En el fondo, le había dolido que él dijera eso, pero ella sabía que ambos ni siquiera eran pareja, entonces, no iba a esperar que a Tsukishima le hubiera parecido la mejor noche de su vida. Aunque para Hana fue la primera vez que perdía su virginidad, y ni siquiera podía recordarlo claramente, pero no le iba a decir ese detalle a Tsukishima. La situación ya era lo bastante incómoda. Salieron de la habitación en direcciones diferentes, Hana sintiendo algo de nostalgia y confusión.